Los cuatro períodos de sequía que El Salvador ha sufrido este año estarían impactando al sector cañero, causando pérdidas de hasta 25 % de los cultivos en las zonas más críticas. También se verían reducidas las exportaciones de este importante producto y la generación de electricidad a través de la biomasa de la caña.
El presidente de la Asociación Azucarera de El Salvador, Mario Salaverría, explicó la semana pasada que según estimaciones de los productores y la industria, las pérdidas estarían entre 12 % y 15 % en la producción de caña y de azúcar.
Como referencia, Salaverría explicó que el país produce unos 7 millones de toneladas de caña, que al ser procesadas por la industria generan entre 16 y 17 millones de quintales de azúcar. Serían estas cifras, de ambos productos, las que se verían afectadas por la sequía.
El líder gremial explicó que actualmente hay cultivadas unas 110 mil manzanas con caña de azúcar. La falta de lluvias ya se ha hecho notar en estos cultivos. “Tenemos diferentes tipos de daño, ciertas regiones tenemos un daño o pérdida del 5 % hasta niveles del 25 % del área cultivada”, explicó Salaverría.
La cosecha 2014/2015 tuvo que soportar la sequía de junio del año pasado. Sin embargo, este fenómeno tuvo una menor intensidad que el ocurrido entre julio y agosto de este año. Además, el presidente de la Asociación Azucarera dijo que la eficiencia industrial logró salvar la producción durante la zafra (el período de cosecha y procesamiento de caña).
“El año pasado se recuperó por la parte de eficiencia industrial. Terminamos con 17 millones 200 mil quintales de azúcar. Ojalá que podamos sacar un buen rendimiento industrial este año, pero no se va a recuperar del impacto que tenemos”, matizó.
Observando las cifras históricas, esto significa que los productores e industriales corren el riesgo de sufrir una segunda reducción en la cosecha desde el año 2012.
En la cosecha 2012/2013, el mejor en la década, la producción fue de 16.7 millones de quintales, pero en 2013/2014 cayó a cerca de 16.1 millones. Sin embargo la industria logró aumentar el rendimiento (cantidad de libras obtenidas por cada tonelada de caña) durante la última zafra hasta llegar a los 17.2 millones de quintales.
No obstante, los cuatro períodos secos de este año ponen en riesgo la recuperación del sector.
Baja en exportación
La directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), Silvia Cuéllar, expresó que la menor producción en la agricultura, especialmente en azúcar, café y maíz, afectarán a las exportaciones del sector de alimentos este año.
“Café, azúcar, maíz, si esto falla no puedo hacer producto típico. Por ahí puede haber un problema de disminución. Estoy segura que vamos a incrementar (exportaciones) en lo industrial. Alimentos se va a bajar”, expresó Cuéllar la semana pasada.
El azúcar es parte de las exportaciones tradicionales de El Salvador y uno de los productos más atractivos cuando el país negocia acuerdos comerciales con otros socios.
El 39 % de la producción de azúcar se destina a consumo nacional y el resto se exporta. En 2014 las exportaciones de azúcar y productos de confitería sumaron $252 millones. Hasta julio de este año ya suman $225 millones.
La representante de Coexport también llamó la atención sobre la caída global en las bolsas de valores ocurrida el pasado lunes 24. En medio del pánico, los precios internacionales del azúcar también bajaron de $11.60 a $10.39.
Nuevas fluctuaciones en el mercado financiero global podrían perjudicar aún más las ganancias que los cañeros podrían obtener con una reducida producción.
Medidas de recuperación
Mario Salaverría dijo que, a corto plazo, buscarán recuperar lo más posible la producción de la próxima zafra. Además gestionarán refinanciamiento de préstamos para los productores de caña. Además, se buscará obtener capital semilla para que estos agricultores puedan resembrar y reponer los cultivos que ya han perdido.
“Tenemos que tener medidas de resiembra. Los productores han perdido el rebrote de caña. Hay que apoyar para que vuelvan a sembrar”, comentó Salaverría. Aún así, la caña que se siembre en estos meses no producirá para la zafra 2015/2016 sino después.
A largo plazo se buscará promover un mayor uso de sistemas de riego en el sector. De momento solo un 20 % de la superficie cultivada con caña cuenta con riego. “No es lo mismo regar que tener un invierno copioso, porque la caña es un cultivo que necesita mucha humedad”, aclaró Salaverría, pero señaló que se puede aprovechar la lluvia que aún recibe el país durante todo el año.
“Llueve 1,800 milímetros al año. El problema es que mucha de esa agua se ha ido a los ríos y al mar. Necesitamos invertir como país en obras de infraestructura para que esa agua la logremos recuperar, captar o filtrar”, opinó.
La pérdida en la producción de azúcar afectaría no solo los ingresos de los industriales en el ingenio, sino también de los agricultores que se encargan de cultivar la caña.