Nicaragua busca alternativas a la agricultura para convivir con la sequía

Buscan enfrentar de mejor manera el déficit de lluvias y garantizar la producción, sobre todo en pequeños productores.

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Los ambientalistas señalan cómo en los últimos años los fenómenos de sequía han afectado el país.

/ Foto Por Archivo

Por Agencias

2015-09-27 1:40:00

MANAGUA- Nicaragua, la segunda economía más pequeña de Latinoamérica y donde la agricultura representa del 18 % al 20 % del producto interno bruto (PIB), busca alternativas para enfrentar la sequía que azota principalmente el llamado “corredor seco”, en el Pacífico.

La sequía, que para algunos es la más severa de los últimos 50 años, mantiene preocupado a agricultores y ganaderos nicaragüenses por sus efectos, y ha obligado al Gobierno a tocar puertas en la comunidad internacional en busca de apoyo financiero y técnico.

El ministro nicaragüense de Agricultura y Ganadería de Nicaragua, Edward Centeno, explicó a Acan-Efe que están trabajando un programa nacional de riego, con la ayuda de Taiwán, para enfrentar de menor manera el déficit de lluvias y garantizar la producción, sobre todo para pequeños y medianos productores.

Asimismo, buscan recursos para implementar “aquellos sistemas de riego que sean más eficientes” para la zona seca de Nicaragua, donde es recurrente el fenómeno de la falta de lluvias.

Una de las acciones que analizan aplicar es el uso eficiente del agua, señaló el subdirector del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuario (INTA), Miguel Obando, a Acan-Efe.

La idea, indicó, es cosechar agua, almacenarla y utilizarla en los cultivos en tiempos de déficit de lluvias.

Otra medida que se estudia es el uso de semillas resistentes o tolerantes a la sequía y que su cosecha conlleve un ciclo más corto.

“Si tenemos déficit de precipitaciones, entonces tenemos que acortar los ciclos”, anotó Obando.

Otro punto para enfrentar el fenómeno de la sequía es hacer un uso adecuado de las tecnologías para la nutrición de las plantas y que permitan recuperar los niveles de rendimiento.

Para el rector de la estatal Universidad Nacional Agraria (UNA), Telémaco Talavera, también es necesario una armonización curricular para las carreras de veterinaria, zootecnia y sanidad agropecuaria, con el fin de enfrentar el cambio climático, el fenómeno de El Niño y la sequía.

Hay que avanzar en las tecnologías, particularmente lo que tiene que ver con la producción, conservación, mejoramiento de la calidad y el riego para poder enfrentar los fenómenos del cambio climático que están y seguramente se quedarán por largo rato, dijo Talavera, también asesor del Gobierno, a Acan-Efe.

Para paliar un poco la sequía que afecta este año el corredor seco de Nicaragua, el Ejecutivo está enviado paquetes alimenticios y fortalecido la merienda escolar, sin embargo para diversos sectores esas medidas internas son insuficientes y no resuelve el problema de fondo.

En el corredor seco se produce el 30 % de los alimentos de Nicaragua, de acuerdo con las autoridades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió el pasado 14 de septiembre de que varios países centroamericanos han perdido una gran parte de su cosecha de cereales por la prolongada sequía asociada al fenómeno de El Niño, lo que ha llevado a numerosos agricultores a necesitar ayuda.

La FAO destacó que la producción se ha reducido severamente por segundo año consecutivo en la región, sobre todo en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

En Nicaragua, la mitad del área total sembrada ha sufrido daños y en las zonas más afectadas la pérdida de cosechas ha sido total, según la FAO, lo que no es reconocido por las autoridades.

La agricultura representa del 18 % al 20 % del PIB de Nicaragua, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería. Asimismo, el 50 % del total de las exportaciones del país provienen de la agricultura, que genera entre el 32 % y 35 % del empleo, de acuerdo con el Gobierno.

La sequía asociada a El Niño, un fenómeno meteorológico caracterizado por el calentamiento anormal de las aguas superficiales en el Pacífico oriental, hace que se retrase la siembra, se reduzca la superficie sembrada y se frene el desarrollo de los cultivos. ACAN-EFE