Laboratorios Paill nace en 1992, y desde su creación tuvo la visión y filosofía de servicio a los demás y a su cadena de valor, de estar donde “nos necesitan, no donde nos solicitan”, acotó Adriana Escobar, coordinadora de los proyectos de RSE.
Desde que se creó esta filosofía de hacer sostenible el entorno y público de interés, Paill ha invertido alrededor de 500 mil dólares en proyectos de RSE.
La empresa se fundó con el fin de mejorar la calidad de vida de los salvadoreños a través de la elaboración de sus fármacos y es el primer laboratorio salvadoreño en cumplir con estándares de calidad internacional como la ISO 9001.
Conforme progresa, Laboratorios Paill comienza a diversificar sus proyectos de RSE, realizando alianzas con el gobierno local, instituciones, escuelas, comunidades, hasta desarrollar sus proyectos específicos, orientados a beneficiar diferentes públicos de interés.
Actualmente son tres grandes áreas de trabajo, para agrupar todos sus proyectos: Todos somos Paill, Comunidades Paill, En Paill Somos Verdes.
“En Paill nuestro recurso humano es el capital más importante. Sin él, no sería posible la trayectoria y crecimiento de su empresa. Quienes llevan al laboratorio a tener un valor agregado y contribuir a la sociedad como un verdadero equipo”, menciona Escobar.
Son 50 trabajadores de la empresa que están inscritos en el Comité de Voluntariado, a fin de colaborar en distintos proyectos sociales. Este proyecto se ejecuta desde hace 3 años.
Con el objetivo de invertir en su entorno, se apadrinan escuelas aledañas para apoyarlas con tecnología y materiales escolares y a la fecha son 10 centros escolares los que han recibido apoyo con una población estudiantil beneficiada de más de 2,000 niños.
Laboratorios Paill, a través de su área de RSE en conjunto con Fusades, mediante su programa Fortas, ha contribuido en el crecimiento de las ciudades de Caluco, en Sonsonate, en programas de salud como entrega de medicamento y dinero en efectivo para el crecimiento de la zona. En la actualidad se contribuye bajo el mismo programa de Fortas en la ciudad de Concepción Batres, Usulután. En esta unidad de salud de Usulután, a diario se recibe un aproximado de 200 consultas, beneficiando así a 13 mil habitantes, entre niños, adultos y ancianos, en su mayoría son familias que viven en extrema pobreza. Esta alianza inició en 2011.
Con este proyecto se ha fortalecido en un 80 % las consultas a través de la donación de medicamentos para siete enfermedades primarias.
“Somos mentores de inculcar el amor por el medio ambiente a las nuevas generaciones”, destacó Escobar.
En Laboratorios Paill, a través sus voluntarios, se contribuye a reforestar con la participación de voluntarios y familiares en la siembra de más de 10,000 árboles en la zona de Coatepeque, invirtiendo más de 200 horas hombres durante el proyecto.
Además, cada año ha participado en limpieza de playas y parques con su voluntariado, que siempre está dispuesto a colaborar.