Banco Azul , el “David” de la banca que se atreve a bajar las tasas de interés

Entra con créditos con bajas tasas para la pequeña y la mediana empresa

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La primer sucursal de Banco Azul se encuentra en la alameda Manuel Enrique Araujo y la avenida Olímpica. foto edh / hUBER ROSALES

Por Por Guadalupe Trigueros | Infografía Jorge Castillo

2015-06-29 9:00:00

Banco Azul es el nuevo actor de la plaza financiera salvadoreña y nace compitiendo como parte de los bancos más pequeños del país, enfocado en la mediana y la pequeña empresa y con la estrategia de ganar mercado a base de jugar con intereses bajos.

El negocio bancario pinta bien, aunque podría estar mejor. La calificadora de riesgo Fitch Ratings arroja en su análisis del sector que la banca local en sí y las calificaciones de la misma tienen “perspectiva estable” y una posición patrimonial que se mantiene robusta y favorable comparable al resto de la región.

Pese al bajo crecimiento de la economía, la calidad de la cartera se mantendrá buena y los niveles de morosidad sin variaciones importantes para este 2015, agrega Fitch, aunque hace ver que el sector ha debido “ingeniárselas” para superar los incrementos en los costos de fondeo, a raíz de las restricciones en el cobro adicional de comisiones.

Entonces, ¿cuán bajas pueden ser las tasas del nuevo competidor? “Todo dependerá de la naturaleza del proyecto a financiar” es el estribillo de la banca en general y también de Banco Azul.

Las tasas de interés bancario en el país son de 6.08 % para préstamos de un año, de 6.28 % para empresas y de 8.80 % para particulares. Cuando el plazo supera el año, las tasas oscilan entre 7.59 y 11.55 %, según informes de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa). La tasa se eleva a 15.10 % para particulares que carecen de fiador o hasta 18 % para quienes el banco no puede hacer efectiva la mensualidad por medio de una planilla de empleado. Entre más riesgo, más caro el préstamo y para muchos de los grandes bancos transnacionales que operan en el país, la pequeña empresa aún sigue siendo muy riesgosa.

Los tres grandes rubros de las carteras de créditos en el país siguen siendo consumo (33.8 %), vivienda (22.4 %), y comercio (13.3 %), seguido por la manufactura, servicios y otras actividades, con 10, 7.8 y 6.1 %, respectivamente. (Ver gráfica)

Los saldos en préstamos a empresas privadas han crecido 3.7 %, con 10.7 millones de dólares en abril 2015, frente a los 10.2 millones de dólares del mismo mes pero de 2014, según Abansa.

¿Tasas bajas o plazos largos?

En resumen, el crédito crece, aunque en los mismos rubros: consumo, vivienda y comercio. En este último probablemente se encuentren la mayoría de pymes y medianas empresas a las que Banco Azul planea abarcar. Carlos Araujo, presidente de la nueva entidad bancaria, aún no quiso revelar cómo planean ser más competitivos, si lo harán bajando sus tasas de interés (cuando el costo es mayor para todos los bancos, debido a que hay restricciones para cobrar más comisiones), o si lo harán ampliando a 10 años el plazo para pagar, cuando la mayoría solo concede ocho años.

Araujo prefiere exponerlo de la siguiente forma, sin dar pistas a la competencia: ” van a tener esa facilidad de acercarse a esta institución financiera, beneficiarse con tasas razonables del mercado, que no se les limite su crecimiento”. Luego remata: “somos un banco de salvadoreños para salvadoreños (…) No vamos a excluir a nadie, todo lo contrario”.

Para muchos puede ser atractivo tramitar un crédito para iniciar un negocio o proyecto personal, así como consolidar deudas con un banco que ofrece tasa baja o plazo más largo que el resto de la banca y eso sería sentirse entre salvadoreños y no entre extranjeros. Pero Araujo explica que “un banco de salvadoreños para salvadoreños” significa “tomar decisiones rápidas para el cliente con respuestas rápidas”.

El negocio de los bancos pequeños

El total de préstamos brutos en el sistema bancario salvadoreño es de 10,481 millones de dólares hasta abril de 2015. De ese universo, los bancos pequeños como G&T Continental otorgó $324.4 millones, seguido por ProCredit con $217 millones, el Agropecuario con $198.7 millones, el industrial con $152.2 millones, y el Azteca con $62.1 millones. Todos ellos se las ingeniaron de diversa forma. (Ver gráfica)

Por ejemplo, G&T Continental tiene una participación de mercado de 3.1 % en préstamos brutos, a junio de 2014, y su modelo de negocio le ha incrementado 6.9 % su cartera crediticia concentrada en las empresas. Para Fitch, el principal riesgo que enfrenta es la tasa de interés, con la cual maniobra al contratar operaciones activas y pasivas a tasas reajustables, para adecuarlas al entorno.

El otro riesgo es que su cartera de préstamos bruta representa el 77.9 % de los activos productivos, orientados hacia el comercio (22 %), instituciones financieras (20 %), servicios (19 %) y manufactura (18 %). Este banco, agrega Fitch, aún registra rentabilidad operativa baja, “reflejo de su perfil primordialmente empresarial”.

Por su lado, ProCredit, el segundo mayor, entre los pequeños, experimentó un reacomodo al retomar la plaza de los micro créditos (préstamos menores a $10 mil y $5 mil), para mejorar la rentabilidad de sus operaciones en el país. Representa el 2 % de la cartera del sistema y orienta el negocio a la muy pequeña, pequeña y mediana empresa, y no promueve créditos de consumo, ni personales. Por ende, su rentabilidad fue baja; su retorno de activos promedio fue de -0.4 % y su rentabilidad sobre recursos propios fue de -4.1 %, según Fitch.

Mientras, el Industrial se posiciona con el 1.4 % de la cartera de créditos del sistema y su modelo de negocios se enfoca en un 88.5 % de sus préstamos en el segmento empresarial. Su cartera de consumo creció de 2.6 % a 5.4 %, mientras en vivienda creció de 3.9 % a 6.1 %, entre 2013 y 2014, lo cual denota esfuerzo por diversificar su cartera y elevar su margen, reporta Fitch.

En cambio, Banco Azteca, el más pequeño de los pequeños en plaza, reporta rentabilidad alta fundamentada en un margen de interés neto amplio que fue de 66.4 % a diciembre de 2014. Su negocio se basa en financiar el consumo a la población de bajos ingresos y del sector informal y su clave es otorgar montos bajos en volúmenes altos con un margen de interés neto alto. Su posición en los activos del sistema bancario es de apenas 0.9 %.

Carlos Araujo se plantea que Banco Azul llegue a abarcar el 6 % de la plaza en volumen de créditos y depósitos, dentro de los próximos cinco años, a base de trato personalizado con el cliente y tasas pequeñas.

“Los márgenes financieros de El Salvador son los más bajos y tenemos que ser competitivos con esos márgenes, tratar de ser más bajos”, enfatiza. Araujo no descarta ser más competitivo por medio de los fondos de inversión e incluso de tener en el futuro una gestora propia en este negocio que promete liquidez con menores costos. Incluso, Araujo prefiere crecer por esfuerzo propio que por comprar la cartera crediticia o de seguros del Citibank. “Vamos a crecer a base de nuestro esfuerzo”, concluyó. Banco Azul abre el 20 de julio en la fila de los más pequeños, pero ya genera expectativas entre los competidores gigantes.