Destacan apoyo social en la región por medio de voluntariado corporativo

La primera gala benéfica de Glasswing Internacional se realizó anoche, en un ambiente que combinó glamour, calor salvadoreño y mucho compromiso social, contrarrestando a la fría primavera en Nueva York.

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Roberto Kriete, presidente de Junta Directiva de Avianca, fue galardonado anoche por su apoyo con programas educativos de la organización Glasswing. Fotos EDH/ Carmen Tamacas.

Por Carmen Tamacas, corresponsal desde Nueva York, para elsalvador.com

2015-04-23 10:00:00

Denis, Diego y Rigoberto son tres jóvenes salvadoreños que se conocieron en un curso para aprender electrónica.

Poco tiempo antes, los tres tenían otra cosa en común: pertenecían a una pandilla y se dedicaban a vender drogas.

Tras conocerse y compartir las jornadas de capacitación, donde no sólo aprendieron cómo ensamblar circuitos y atar cables sino otras habilidades para cambiar su vida, ahora se consideran amigos.

Nadie podría creer que antes de graduarse, Diego escribió una nota a Rigoberto y al darle un abrazo le confesó que durante todo ese tiempo había tenido una gran carga en sus espaldas: el jefe de su pandilla había ordenado que lo matara.

Parece la historia de una película, pero no, es parte del diario vivir de los jóvenes no sólo en El Salvador sino en Centroamérica e incluso otros países del continente.

Con ese testimonio, la directora de Operaciones de la organización Glasswing, Celina de Sola, dibujó una parte de la realidad que se busca transformar por medio de alianzas claves entre distintos componentes de la sociedad.

Ante un selecto grupo de empresarios, personalidades del mundo editorial y de la moda centroamericanos y estadounidenses, Celina de Sola y su hermano, Diego de Sola, hicieron un viaje de El Salvador a Nueva York, desde los primeros días de la organización, mencionando a las personas que creyeron en ellos y los apoyaron desde el principio.

Esta es la primera gala benéfica organizada por Glasswing Internacional que se realizó para recaudar fondos para los niños y jóvenes vulnerables de Centroamérica.

En la gala aprovecharon para honrar a una de esas personas que los apoyó al inicio, uno de los primeros en creer en este esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños: Roberto Kriete.

El escenario, Tribeca Three Sixty, que como su nombre lo indica, tiene una vista de 360 grados del vecindario de Tribeca, uno de los más reconocidos de la Gran Manzana, fue el escenario donde el empresario recibió el galardón.

El fundador de Taca, ahora Avianca, Volaris y miembro del board de directores de la Fundación Gloria de Kriete, no solo fue uno de los primeros en formalizar un contrato con Glasswing.

Su coraje, trabajo duro, hasta un poco de locura y una gran visión de hacer realidad las ideas pese a los obstáculos, fueron mencionadas por la señora de Sola como características inspiradoras de Kriete.

Ante el caluroso aplauso de los invitados especiales, recibió un cuadro del artista “Nadie”, que representa el emblema de Glasswing, la mariposa que inspira el efecto que desencadenan los cambios, por pequeños que sean, son posibles.

En su discurso, el empresario recordó el desarrollo de la relación personal y familiar con la familia de Sola y cómo se involucró con la organización de voluntariado.

También hizo memoria de cuando Celina de Sola se acercó por primera vez a la aerolínea con el objetivo de plantear un proyecto de Responsabilidad Social Empresarial.

A él le pareció una gran idea y formalizaron un contrato de asesoría; así elaboraron un plan para desarrollar el voluntariado en el nivel ejecutivo de la empresa.

“El programa desarrolla una metodología específica para fomentar el voluntariado en el cuerpo ejecutivo y se apoyan proyectos de educación en escuelas”, dijo a El Diario de Hoy, previo a su discurso en la gala.

Los empleados y ejecutivos de la aerolínea también participan en los programas de capacitación de primeros auxilios.

“No estamos aquí solo para lograr nuestro propio bienestar”, dijo Kriete. “Todos tenemos que dejar un legado, hacer de este un mundo que progresa”, destacó. “Nosotros queremos hacer un cambio”, puntualizó.

En los ocho años de funcionamiento, Glasswing ha gestionado $17 millones, beneficiando a 600 mil personas, la mayoría estudiante de escuelas públicas y sectores necesitados en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y otros países de el Caribe.

Vidas que cambian

La labor de Glasswing y sus programas de voluntariado no sólo cambian vidas a los estudiantes centroamericanos, también transforma el pensamiento de personas que buscan la forma de ayudarles.

Leslie Winik dirige una empresa de Tecnología de la Información llamada Blue Capture, en Arlington, Virginia.

Su hijo, quien estudia en un programa de inmersión al español, realizó un intercambio escolar con uno de los hijos de la familia de Sola. Fue así como conocieron El Salvador, sus grandes necesidades y los programas de voluntariado de Glasswing.

Entre diciembre de 2013 y abril de 2014, Blue Capture desarrolló una campaña de gestión de fondos para reconstruir una escuela en Santa Ana.

Un grupo de seis empleados de su empresa y cinco estudiantes, viajaron a trabajar, en una experiencia que cambió radicalmente sus vidas.

“Lo que me tocó profundamente es que yo he crecido viendo pobreza en Estados Unidos y estoy muy agradecida por lo que el país ha hecho por mí. Por eso esta ha sido una gran oportunidad para devolver un poco de esos regalos, especialmente a la gente que no puede salir adelante por ella misma”, recalcó Winik.

La gala transcurrió con la participación del veterano de guerra de origen salvadoreño JR Martínez, también exestrella de Dancing with The Stars , quien ha participado en los programas de Glasswing.

Además se proyectaron videos del impacto positivo que causan los programas en Centroamérica y, al final, los asistentes participaron en una subasta.