Desde 2007 existe en nuestro país una visión de que el Estado es el único ente capaz de resolver los problemas nacionales; pero para que eso se dé debe cumplirse un par de requisitos: que haya total transparencia y que exista rendición de cuentas, afirmó ayer el director del Departamento de Estudios Económicos y Sociales de Fusades, Álvaro Trigueros.
Acá aboga porque antes de que se aprueben préstamos, la Asamblea reforme la Constitución para elegir a magistrados de la Corte de Cuentas por mayoría calificada.
Asimismo, pide que se separen las funciones administrativas de las jurisdiccionales en la Corte de Cuentas, que al final es el fiscalizador de las cuentas de los burócratas.
También que se respete la Ley de Probidad y que se apruebe un presupuesto por resultados, para mejorar la calidad del gasto público. Otro elemento importante es la aprobación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, para mantener sanidad de las cuentas públicas.
Sin embargo, todos esos parámetros, del deber ser de un Estado, no se observan hoy en día en nuestro país, comentó.
Predomina desconfianza
Francisco de Sola recalcó que se debe tener cuidado de que en la última plenaria de esta legislatura no se empeoren los problemas del país; no vaya a ser que tengan la tentación de atacar el sistema de pensiones. “Podría ser un gravísimo error tocar los ahorros de los trabajadores”.
En la parte económica, el presidente de Fusades señaló que venimos de un crecimiento similar o menor al de la administración anterior; porque existe una profunda desconfianza de los motivos de este Gobierno. “Por un lado hacen tratos con EE. UU., con el Fomilenio, el Asocio para el Crecimiento y hoy con el Triángulo Norte, pero por otro lado hay una cantidad de mensajes contradictorios, clasistas, de persecución política y quejas sobre lo mal que se ha hecho en gobiernos anteriores, que confunden al inversionista”.
Otro lío son los trámites burocráticos que detienen inversiones. Finalmente, subrayó que si no se resuelven los problemas nacionales en los tres años que tendrá la legislatura entrante no augura nada bueno para El Salvador.