Inmigrante roza el cielo con Goldman Sachs

Una mexicana que hizo hasta lo imposible para no ser deportada logró estudiar finanzas en la Universidad de Texas Austin, con excelentes notas. Pese a tener documentos falsos, fue contratada por Goldman Sachs, símbolo de la banca de inversión en Wall Street y logró convertirse en ciudadana.

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Julissa Arce durante una entrevista en Bryant Park, Nueva York, donde ha triunfado gracias a sus notas excelentes en la Universidad de Texas Austin. foto EFE.

Por Por Agencia EFE | Fotografía Agencia EFE

2015-03-30 8:00:00

NUEVA YORK. Acaba de cumplir 32 años y ha rozado el cielo financiero de Wall Street, pero hasta hace poco Julissa Arce podría haber sido deportada de Estados Unidos en cualquier momento: era otra mexicana indocumentada que ahora, con los sueños cumplidos, quiere gritar al mundo que “sí, se puede”.

“Quiero contar mi historia para toda la gente que se encuentra en la situación en que yo estaba. Que no dejen que un papel los limite, ni que las leyes les indiquen hasta dónde pueden llegar. Quiero ayudar a cambiar la percepción que este país tiene de los inmigrantes”, afirma en una larga entrevista con Efe.

Además de hacerle vivir atemorizada, su condición migratoria le hizo renunciar a buenas oportunidades laborales por no poder abandonar Estados Unidos pero, sobre todo, le hizo tomar la decisión “más dura de su vida”, quedarse en Nueva York y no despedirse de su padre cuando estaba a punto de fallecer en su país natal.

Arce vivió en Taxco (México) hasta los 11 años, cuando sus padres decidieron que se trasladaría con ellos San Antonio (Texas), un cambio que supuso mucho más que despedirse de su vida acomodada, con asistenta y escuela católica, en esta pequeña ciudad conocida por sus minas de plata.

De la falsificación, a la legalidad

Pero cuando cumplió 14 años se le acabó el permiso de turista y comenzó un “miedo” que la ha perseguido durante mucho tiempo. “Un día mi madre me dijo que no podíamos ir a México porque mi visa ha expirado y que si fuéramos quizás no podría regresar a Estados Unidos -dice-. Y me pregunté, ¿qué más significa eso?”.

En ese momento de su vida, las mayores consecuencias de su nuevo estatus migratorio pasaban por no poder acceder a estudios superiores. Afortunadamente, una ley estatal recién aprobada le permitió ser aceptada en la Universidad de Texas en Austin, donde su esfuerzo y ambición la seguían premiando con las mismas excelentes notas que obtuvo el instituto.

Hasta que la construcción de un museo en San Antonio le obligó a cerrar el puesto de churros con el que pagaba las tasas universitarias, un pequeño estante que había heredado de sus padres antes de que se trasladaran de nuevo a Taxco. Sin papeles no podía trabajar y sin un empleo no podía seguir estudiando. Decidió comprar papeles falsificados , finalizó sus estudios con éxito y fue seleccionada para trabajar en uno de los principales bancos de inversión y uno de los símbolos de Wall Street, Goldman Sachs, donde creció con grandes responsabilidades.

Después de casarse en 2009 con un estadounidense, decide dejar Goldman Sachs por Define American, para cambiar la percepción de los inmigrantes. _ EFE