El pronóstico de crecimiento económico para Latinoamérica en 2015 parece ser “el más modesto” de los últimos cinco años, según reporta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su más reciente informe “Perspectivas económicas de América Latina 2015: Educación, competencia e innovación para el desarrollo”.
De acuerdo con la OCDE, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se ubica en el rango del 1 % a 1.5 % en 2014, cuando en 2013 fue de 2.5 % y en 2012 fue 2.9 %; empero señala que la recuperación del crecimiento será significativa en 2015, pronosticando un crecimiento entre el 2 % y el 2.5 %.
La OCDE recomienda que para impulsar el crecimiento potencial y la equidad es necesario “seguir avanzando en reformas estructurales”.
Explica que el crecimiento de la productividad sigue siendo modesto en comparación a los países OCDE y economías emergentes; sin embargo, advirtió que Latinoamérica continúa siendo la región con más desigualdad en el mundo.
Particularmente, detalla el informe, las bonanzas de recursos naturales y de flujos de capital de corto plazo hacia la región “no se han reflejado en un incremento del crecimiento económico potencial de la región”.
En el informe se recomienda que la región debe promover reformas para fortalecer la educación, las competencias y la innovación, esto ayudará a favorecer la expansión del potencial de crecimiento y la productividad “a través de una mejora de las capacidades de los trabajadores”. Pero aún más importante, es garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a una formación de calidad.
No obstante, expresan que el ámbito político debe ser visto como una ventana importante de aprovechar. “Tras la celebración de 14 elecciones presidenciales entre 2012 y 2014 en Latinoamérica, se ha abierto una ventana de oportunidad indiscutible y su aprovechamiento condicionará el bienestar de la región, sobre todo a largo plazo”, denota el informe.
Las reformas antes mencionadas “son esenciales para afrontar la trampa del ingreso medio”, según la OCDE, y ayudarían a posicionar mejor a la región dentro del proceso de “desplazamiento de la riqueza mundial” hacia el mundo emergente. Enfatiza la OCDE en la necesidad de invertir en la mejora de programas educación y la formación técnica y profesional. Este es un punto medular del informe, definiendo la educación como un impulsor del crecimiento económico, y un motor de la inclusión social.