Nicaragua espera un crecimiento de 5 % en 2015

Optimismo oficial no incluye supuestos beneficios de "megaproyectos" de la administración Ortega

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A finales del año pasado comenzó la construcción de la carretera de acceso al lugar donde se construirá la represa hidroeléctrica Tumarín. FOTO EDH/Iván Olivares

Por iván olivares Corresponsal en Nicaragua

2015-02-09 8:00:00

El Gobierno de Nicaragua espera para 2015 “un mayor dinamismo de la actividad económica” que debería traducirse en una tasa de crecimiento de entre 4.5 % y 5.0 %, con una inflación de entre 6.0 % y 7.0 %, gracias, en parte, a la caída de los precios internacionales del petróleo.

Los cálculos no incluyen ni una sola palabra acerca del efecto positivo que deberían de generar los dos grandes megaproyectos estrella de la administración de Daniel Ortega: el canal interoceánico, con un costo estimado que ronda los $50,000 millones, cuya construcción arrancó formalmente el pasado 22 de diciembre. El otro es la represa hidroeléctrica Tumarín, obra de $1,100 millones, que comenzó en noviembre.

El diputado Enrique Sáenz, miembro de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional, considera que la posición del gobierno es “razonable, porque Tumarín se ha pospuesto tantas veces que tienen razón de ser escépticos, más aún cuando hay toda una borrasca con los escándalos de corrupción en Brasil, que afecta a una de las empresas inversionistas”.

En el caso del canal, “queda de manifiesto que esa obra está en la cola de un venado que todavía no ha nacido, porque al anunciar Wang Jing, en diciembre, que buscaría el dinero en una bolsa de valores, estaba confesando que no tiene fondos para financiarla. El primer foro de las naciones latinoamericanas y del Caribe (CELAC) con China, dejó de manifiesto que no existe el supuesto interés geopolítico de las autoridades chinas”, añadió.

La versión oficial para no incluir los supuestos beneficios de estas obras colosales señala que “en el caso de megaproyectos como la represa Tumarín, hablamos de grandes turbinas, de grandes esclusas que van a ser fabricadas en el extranjero, y eso no tendría ningún impacto en la economía”, explicó Ovidio Reyes, presidente del Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua.

El funcionario asevera que esa consideración también es válida para la maquinaria que hay que traer para construirlos.

“El impacto se produce por el crecimiento de los bienes y servicios que demandan los proyectos, que son montos muy importantes. Al no tener mecanismos de desarrollo se corre el riesgo de apreciación de nuestra moneda, (lo que desestimularía las exportaciones), por lo que vamos a estar pendientes de esa posibilidad”, añadió.

Prevenir volatilidad

El presidente Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua asegura que “en términos de perspectivas económicas y financieras, para el 2015 se espera un crecimiento de entre 4.5 % y 5.0 %.

Esta proyección está soportada por condiciones más favorables de la economía mundial, una mejora en los términos de intercambio, y la recuperación del sector de la construcción. En cuanto a precios, se espera una inflación de entre 6.0 % y 7.0 %, determinado en parte por la baja del petróleo”.

La volatilidad de ese precio es precisamente uno de los principales riesgos para el país, en parte, porque hace más difícil planificar la actividad económica para el presente año, pero también porque un efecto de esta situación es la posibilidad que bajen los precios de los productos que exporta Nicaragua. De paso, también se espera que disminuya sensiblemente la cantidad de petrodólares venezolanos que recibe el país.

El experto dice que otro de los riesgos es el retiro de los impulsos monetarios de la reserva de Estados Unidos… Lo que podría significar un aumento de las tasas de interés a nivel mundial y una fuerte competencia internacional para retener inversiones. El ‘frenazo’ de economías como la China e India, también podría afectar las previsiones de crecimiento para el 2015?, señaló.

“Estamos viviendo un contexto bastante volátil. Nunca habíamos vivido un periodo tan largo de incertidumbre, y esto nos obliga a formular políticas para estar preparados para estos cambios que pueden venir no solo del mercado monetario y financiero, sino también de los precios de los bienes de exportación”, detalló.