Cafetaleros se quejan por nulo financiamiento para investigación científica

Procafé lleva tres años sin recibir fondos para financiar estudios de enfermedades que agobian el parque cafetalero

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Es la tienda Apple más grande de todo el continente asiático,el primer día de apertura atrajo a millares . Foto EDH/ Archivo

Por Patricia García negocios@eldiariodehoy.com

2015-01-25 8:00:00

Recientemente se anunció un anteproyecto de ley que intenta ordenar que la tasa de registro de $0.35 por quintal que se cobra a los exportadores de café se cobre ahora directamente a los productores; razón por la cual varios caficultores manifestaron su preocupación porque continúan entregando dinero para investigación científica, que en la realidad no se concreta.

De acuerdo con el presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), Marcelino Samayoa, los impuestos que pagan los productores “son una contribución para la investigación científica”.

Si bien es cierto, que esta tasa de $0.35 por quintal de café es para financiar todas las actividades del presupuesto del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), es dinero que se termina entregando con un propósito desconocido, independientemente de que se aplique a la exportación o a la producción, señalan los caficultores.

Además de esos $0.35 por registro, los caficultores, en general, deben pagar $0.50 por quintal en concepto de contribución especial, para actividades de asistencia técnica e investigación, que esta contemplado en el Decreto Legislativo No. 1087, de fecha 5 de diciembre de 2002.

Sin embargo, según argumentan, ese aporte de los caficultores para investigación, no rinde frutos desde hace varios años.

“No hay investigación, antes teníamos uno de los centros de investigación más grandes, después de Brasil y Portugal, y hoy no tenemos nada”, aseguró Samayoa.

La contribución especial por quintal oro, que realizan los productores de café, según se detalla en el sitio web del Ministerio de Hacienda, hasta el 31 de diciembre de 2014, refleja un saldo de $1.8 millones, sin tener registros de egresos desde 2012. Lo que significa que desde esa fecha, no se han movilizado fondos para atender estudios y análisis científicos para el sector.

“Ese dinero no es para ahorrarlo sino para invertirlo en el mismo productor”, advirtió el presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal), Sergio Ticas.

Según lo trajo a memoria , hace poco, el titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería, Orestes Ortez, el Decreto Legislativo No. 43, del 10 de junio de 2009 , establece que la contribución especial será destinada al Consejo Salvadoreño del Café, para realizar por sí o mediante cualquier entidad privada, actividades relacionadas con la investigación científica y transferencia de tecnología aplicable a la caficultura.

Precisamente una de las entidades que ha apoyado con estudios al CSC, ha sido la Fundación Salvadoreña para Investigaciones del Café (Procafé).

Procafé funcionaba hace un par de años, por medio de un contrato que se hacía con el CSC, que era pagado con la “contribución especial de los caficultores”.

Pero, según lo refieren representantes de la entidad, “a Procafé no se le da ningún centavo desde hace más de tres años”.

Desde 2012, Procafé dejo de percibir dinero, e incluso Orestes Ortez, como representante de la comisión de Agricultura de la Asamblea Legislativa, en esa época, emitió un recomendable para que se agilizara la inmediata negociación y contratación de los servicios de Procafé, a fin de fortalecer las capacidades de asistencia a los caficultores.

Sin embargo, tres años después, como ministro de Agricultura, Ortez se limitó a decir que el dueño de esa contribución de $0.50 que realizan los caficultores, es el Consejo Salvadoreño del Café, y no Procafé.

“Habían recomendaciones para contratar a Procafé y si se están recogiendo cerca de $2 millones, ¿porqué no hacerlo?; esa contribución es un impuesto que se creó para investigación científica. Para financiar al estado nosotros pagamos impuestos”, apuntó Samayoa.

Los productores del aromático resienten que mientras ellos entregan el dinero para realizar estudios que les ayuden a combatir las enfermedades del parque cafetalero, esto no les genere ningún beneficio. El rebrote de roya cada año en el parque cafetalero pone en jaque a los productores.

Además se quejan de que no hay una investigación exhaustiva que arroje indicios sobre cómo se puede combatir de una vez por todas el hongo, ni tampoco, una divulgación masiva de posibles recomendaciones ante el rebrote.

Tal como lo señalan, el MAG emite recomendaciones para el manejo de la roya del cafeto, pero llegan cuando el nivel de infestación ya tiende al alza.

El sector desconfía del trabajo del Centa-café

Pese a que esa cartera de Estado ha detallado que con la creación del Centa-café, dependencia del MAG-Centa, el gobierno ha desplegado a 72 técnicos en las seis cordilleras que producen café, para disminuir el nivel de infestación de la roya, los productores del grano desconfían del trabajo que esa entidad esté realizando.

Según lo expuso el MAG durante la firma del Pacto del Café, la recién creada División Centa-café atenderá al sector con transferencia tecnológica, asistencia técnica, capacitaciones, elaboración de planes de inversión, diagnóstico de plagas y enfermedades, investigación, manejo integrado de plagas, agronomía y fertilidad de suelos, entre otros.

Pero los productores señalan que el trabajo que están realizando no se ve reflejado en las fincas.

“Yo como cafetalero no creo en el Centa-Café, no los veo trabajando en el campo, y antes todo eso lo veía Procafé”, dijo el expresidente de Procafé, Raúl Zaldaña.

“Tenemos seis años en los que en la caficultura no se ha hecho nada. Procafé sigue abandonado, la caficultura sigue enferma. Tenemos que saber para donde vamos”, indicó el representante de Abecafé.

De acuerdo con Procafé la infestación por roya se calcula que ha alcanzado un 80 % de la producción del aromático en el ámbito nacional; aunque el MAG advierte que si bien todo el parque cafetero ha sido afectado, la infestación solo es del 21 %.

En el caso de enfermedades como la antracnosis, aunque no se registra un brote significativo ya se sitúa cerca de un 10 % o 15 % de infestación en el bosque cafetalero.