Agricultores agremiados a la Asociación de Regantes de Zapotitán (Areza), en La Libertad, exigieron ayer el cumplimiento de los “convenios del arroz” que mantienen con el sector industrial, el cual obliga a estos últimos a comprar el 100 % de la cosecha nacional para poder importar producto sin arancel.
Según lo explicó el presidente de Areza, Mario Guerra, los productores aún no tienen establecido un precio de referencia para vender este año el arroz a los empresarios, ya que aún no les han llamado a negociación, ni mucho menos tienen órdenes de compra en la bolsa (que es el mecanismo que utilizan para la comercialización).
“Dentro de los acuerdos también se estipula que si no se negocia un precio nuevo, rige el del año anterior, entonces estamos a esas expensas. Cuando la industria no está de acuerdo, no ponen órdenes de compra y entonces, nosotros, con la producción afuera, tenemos que venderlo fuera de bolsa”, apuntó Guerra.
Según lo comentaron algunos productores de la zona, el año pasado, algunos agricultores que tuvieron necesidad de vender el producto para obtener dinero lo terminaron entregando a $18 el quintal. Pero esa cantidad, según ellos, apenas cubre la inversión que realizan.
“Hemos calculado que al menos con 18 dólares los agricultores se ven incentivados a seguir produciendo, pero los rumores son de que este año quieren dar $12, porque quieren fijar un precio internacional y con eso nadie quiere producir”, advirtió el presidente de Areza.
Tal como lo apuntan los agricultores, los industriales se benefician con la compra de 76 mil toneladas métricas de arroz libre de arancel, incluso cuando desde hace un par de años no se les compra el 100 % de la producción.
“Nosotros pedimos que el Gobierno tome los mecanismos para darle seguridad al productor nacional, para que se vigile y se aplique el convenio”, reiteró el líder de la Asociación.
Consideran amenaza a producción nacional
De acuerdo con los productores de arroz de la zona de Zapotitán, aunque los Ministerios de Economía, de Agricultura y de Hacienda sean observadores del convenio, deben intervenir de alguna manera, porque esto es “una amenaza a la producción”.
Algunos de ellos argumentan que las estadísticas de buenas cosechas y de precios accesibles del que hablan los funcionarios públicos “es para que los salvadoreños crean que el país está bien”.
“Ellos se preocupan por el precio del consumidor, pero en ningún momento por el agricultor”, apuntó Samuel Portillo.
La crítica situación que mantienen algunos agricultores al tener que sembrar e invertir en sostener sus terrenos aptos para la cosecha, y además vender abajo de sus costos, hace que cada vez haya menos motivación para la producción local.