Indufoam invertirá $10 millones en el crecimiento de su fabrica

En los próximos tres años, la empresa Indufoam se mantendrá en proceso de expansión

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René Toruño, presidente de Indufoam cree y por tanto asegura que invierte en innovación.

Por Por Guadalupe Hernández | Fotografía Ericka Chávez

2015-01-21 6:00:00

Cuando la familia Toruño compró la empresa Indufoam, en 1993, comenzó fabricando 200 camas al mes. Hoy día la producción alcanza las 2,000 unidades diarias, las cuales se venden en el mercado centroamericano –incluyendo Belice y Panamá– así como en México, Colombia y Ecuador.

La compañía también produce mensualmente más de 15 mil accesorios, como almohadas y protectores para camas, y unos 500 juegos de sala.

El presidente de Indufoam, René Toruño, explicó que cuando su familia decidió dedicarse a la fabricación de camas, buscaron un paraguas bajo el cual abrigarse, y luego de meses de gestiones, logró una alianza con Simmons, una empresa global que destaca por la utilización de tecnología de avanzada en la producción de camas. Gracias al lazo de negocios, Indufoam obtuvo la licencia para fabricar camas para Centroamérica.

La primera cama Simmons, del modelo Beautyrest, salió al mercado en 1994. “Desde entonces el crecimiento ha sido explosivo”, afirmó Toruño, reconocido en el mundo empresarial del país por su incansable tenacidad.

La aceptación de la marca en el mercado centroamericano condujo al fabricante a un éxito rotundo, que al mismo tiempo lo obligó a construir una planta de producción en la zona industrial del Valle de San Andrés, en La Libertad, hacia donde se mudó junto a sus empleados en 2003.

La planta arrancó con 45 mil metros cuadrados de área construida, con una inversión de cercana a los 15 millones de dólares.

En la actualidad, la empresa posee una participación del 52 por ciento en el mercado de camas de El Salvador, según un estudio de mercado de la empresa Ipsos Herrarte, que fue realizado en el último trimestre del año pasado.

Tenemos entendido que hace un año Indufoam firmó una alianza con el Grupo Pikolin, de España, para fabricar camas de esta marca ¿cuéntenos como ha sido el resultado a la fecha?

En efecto. Pikolin es un fabricante grande que tiene plantas en España, Francia, Portugal, China, Vietnam, Marruecos y Medio Oriente. Pero, la fabricación de una nueva marca requiere cierto trabajo, aunque ya tenemos una cadena de tiendas que comenzará a vender la marca para toda Centroamérica. El lanzamiento de este negocio se hará en abril próximo.

También estamos contentos porque se ha formalizado una negociación con un hotel en Panamá para venderles camas Pikolin, y tenemos en proceso negociaciones con otro hotel de Perú.

La estrategia de posicionamiento se enfocará en el mercado al detalle local y regional.

¿Y cuáles son los planes de expansión que tiene la compañía para los próximos años?

El acelerado crecimiento que hemos tenido en los últimos años nos ha obligado a mantenernos en una constante expansión. Justo este mes iniciamos la construcción de una nueva área con una inversión de 5 millones de dólares. El año pasado invertimos igual cantidad en construcción de edificaciones y equipos.

A la fecha la planta tiene 80 mil metros cuadrados, pero nuestros planes son alcanzar los 120 mil metros cuadrados en los próximos tres años, con una inversión de 10 millones de dólares, incluyendo infraestructura, maquinaria, equipo de transporte y capacitación de empleados. La meta es desarrollar las 20 manzanas de terreno que tenemos.

¿Para este año, tienen proyectado incursionar en nuevos mercados?

Sí, de hecho ya estamos negociando un pedido con Perú, como comenté, y esperamos ingresar también a El Caribe. El crecimiento además se da por marcas; por ejemplo en México, hemos vendido la marca Simmons para el segmento de hoteles, y ahora también tenemos la marca Indufoam (para venta al detalle). En Colombia también se están vendiendo las dos marcas.

¿Y con las marcas Simmons e Indufoam cuánto han crecido las exportaciones en los últimos años?

En 2012 logramos exportar el 40 por ciento de nuestra producción; el año pasado el 50 por ciento, y dentro cinco años esperamos llegar a un 90 por ciento, y podemos afirmar que de 2010 en adelante, las ventas crecieron dos dígitos. Solamente en 2014 crecimos un dígito, pero este año la meta es regresar a dos dígitos.

Cabe destacar que el año pasado la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) nos otorgó el premio al mayor exportador de la industria de muebles, y somos parte de las cinco empresas fabricantes de muebles en Latinoamérica, en donde hay un universo de 500.

¿Y cómo valora el clima de negocios de nuestro país?

Definitivamente podría estar mejor; por ejemplo, si uno compara los costos de la energía eléctrica se puede observar que en otros países son más bajos. Y otros problemas son los atrasos en la devolución del IVA sobre las materias primas, antes se tardaban dos o tres semanas y ahora hasta seis meses; los trámites engorrosos y tardados en las fronteras; y la eliminación de incentivos a las exportaciones como el “drawback”.

La verdad es que hay dificultades, pero lo importante es que también hay esperanzas y deseos de seguir adelante.

¿A que debería apostarle el país para superar problemas sociales como la inseguridad ciudadana?

La inseguridad está afectando a todo el país, y por supuesto a las empresas porque tienen que contratar personal de seguridad y pagar por el ingreso de vehículos en determinadas zonas.

Sabemos que la delincuencia está al alza, y sin embargo, creo que la solución es apostar por la educación. Por eso insisto en que todo se puede superar con la educación, porque si esas personas (maras) hubieran tenido una oportunidad de estudiar, graduarse y trabajar, simplemente no existirían. Lo que el país debe hacer es darle estudio a nuestro pueblo.

Usted apuesta por la educación, ¿tiene programas de Responsabilidad Social Empresarial en este rubro?

Sí. En mi época de estudiante fui el primer bachiller de El Salvador y el gobierno me brindó una beca para estudiar en Alemania. Y ahora como empresario estoy otorgando becas para bachillerato y educación superior desde 1999, en lo cual invierto 100 mil dólares anuales.

El año pasado también invertimos medio millón de dólares en la construcción de Complejo Educativo René Toruño Steiner, en honor a la memoria de mi hijo. Un año antes habíamos fundado el primer instituto para bachillerato vocacional por el mismo monto; es decir que en los dos últimos años, la empresa invirtió un millón de dólares en educación de bachilleres. El equipamiento de las instalaciones costó un millón de dólares adicionales que fueron donados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID, por sus siglas en inglés). Mi legado será siempre a la educación.