Arabia Saudita presiona por reducir petróleo de esquisto

b Desde 2010 hay más de 20,000 pozos de esquisto

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Ala ultraconservadora republicana presiona para forzar un cierre administrativo.

Por Karen Molina /Agencias negocios@eldiariodehoy.com

2014-12-07 8:00:00

Los jeques de Arabia Saudita le están haciendo la vida imposible a los “shalemen” o inversionistas del petróleo no convencional en Dakota del Norte y Texas.

Éstos últimos ya habían logrado convertir a Estados Unidos en uno de los primeros países productores de petróleo a través de una metodología conocida como “fracking” o la extracción del petróleo a base del fracturamiento hidráulico de las piedras del subsuelo.

Pero la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) en la que Arabia Saudita tiene la voz cantante, ha decidido no recortar la producción del petróleo por día y ha dejado que los precios caigan a menos de $70 por barril, una acción que ya está generando temor entre los inversionistas del fracking, pues sus costos de producción son mayores al precio al que se está cotizando el petróleo en estos momentos.

Arabia Saudita, que es considerado el mayor productor de petróleo en el mundo según la oficina de Administración de Información de Energía (EIA), está preocupado por perder su cuota de mercado.

De acuerdo con un análisis de la revista The Economist, la producción de petróleo de esquisto aumentó a partir de 2010, cuando el precio del barril rondaba los $110.

Desde ese año los nuevos inversionistas estadounidenses abrieron cerca de 20,000 nuevos pozos, lo equivale a diez veces las reservas de Arabia Saudita. De este modo, han incrementado la producción de petróleo en EE. UU. en un tercio (hasta los 9 millones de barriles al día): solo un millón de barriles menos de lo producido en Arabia Saudita.

Esta competencia ha provocado un superavit de producción de petróleo durante estos años.

En tales condiciones, Arabia Saudita ha optado por bajar el precio del crudo y parece que su plan empieza a dar los primeros frutos

Las acciones de las empresas que se dedican a la producción de petróleo de esquisto se han desplomado. Muchos de ellos han contraído importantes deudas y la caída de los precios hace que la producción de este tipo de petróleo no sea rentable. Los expertos predicen una cadena de quiebras en empresas de este mercado.

Arabia Saudita, que es consciente de la subida de precios registrada en la década de 1970, la cual le permitió aumentar la inversión en nuevos yacimientos, tiene una estrategia diferente a los países de la OPEP: no interferir en la caída de los precios, ya que dará lugar a la quiebra de los productores con altos costos de producción y a la escasez del “oro negro” en los mercados.

Además, debido a la duración los pozos de petróleo de esquisto son de corta duración (la producción puede caer en un 60-70 % en el primer año), cualquier, desaceleración de la inversión se traducirá rápidamente en la caída de la producción.

Sin embargo, también está la idea de que esta forma de producción de petróleo aún es nueva y que aún hay margen para seguir produciendo aún cuando los precios estén bajos.

IHS, una firma de investigación, calcula que el costo de un proyecto típico se ha reducido de 70 dólares por barril a $57 en el último año pues los petroleros han aprendido a perforar pozos cada vez más rápido para extraer más petróleo de cada uno.

Las inversiones en petróleo de esquisto, son además, mucho más accesibles y rápidas que las convencionales.

The Economist señala que los pozos de petróleo convencionales están en lugares innaccesibles.

Exxon Mobil, de Estados Unidos y Rosneft, de Rusia, pasaron dos meses perforando un solo pozo en el mar Kara, al norte de Siberia y tuvieron que invertir hasta $700 millones en él.

Por el contrario, un pozo de petróleo de esquisto puede abrirse en tan solo una semana y solo necesita de una inversión de $1.5 millones. Las empresas saben dónde están los yacimientos y cada vez es más fácil contratar equipos para su extracción.

Inyección para la economía

El análisis de The Economist asegura que la caída de los precios del petróleo debería actuar como un shot de adrenalina para el crecimiento económico de muchos países.

En Estados Unidos, por ejemplo, un consumidor de combustible generalmente gastó $3,000 en 2013, podría gastar este año solo $800, lo que representaría un aumento del 2% de su salario.

Además, grandes países importadores de petróleo como Europa, la India, Japón y Turquía están disfrutando la reducción de precios pues el dinero utilizado para sus gastos soberanos podría aumentar su Producto Interno Bruto.

El mercado del petróleo aún está cambiando, pero de según The Economist, el mercado todavía está sujeto a choques políticos.

Lo cierto es que la producción de esquistos es hoy el gran rival de Arabia Saudita.