Fondos “buitre” elevan deuda de Argentina sin cláusula RUFO

Fondos "buitre" acordaron sumar $4,400 millones al cobro de $1,600 millones

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Los fondos "buitres" llevaron a juicio al Gobierno de Argentina en Estados Unidos, para exigir su pago. Foto EDH

Por Karen Molina/Agencias negocios@eldiariodehoy.com

2014-12-29 8:00:00

El año nuevo podría traerle más problemas que soluciones a las finanzas públicas de Argentina, pues este 1 de enero expira la cláusula conocida como RUFO (Derecho Sobre Futuras Ofertas), sin la cual el Gobierno de Cristina Kirchner podrá negociar, sin condiciones, con los fondos buitre o “holdouts”.

Por un lado, al caducar esta cláusula, Argentina se quita una camisa de fuerza que impuso el expresidente Néstor Kirchner y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, para atraer acreedores a la reestructuración.

A partir del próximo jueves, el país comenzará a discutir con los “holdouts” en un nuevo escenario, donde podrá ofrecerle mejores términos a los acreedores que no participaron en sus canjes de deuda en 2005 y 2010.

Pero, por otro lado, Argentina se arriesga a que su deuda sea mayor que la que tiene.

De acuerdo con una publicación de El Cronista, los fondos buitre lograron el 23 de diciembre una “unificación de causas” que sumaría $4,400 millones adicionales a la deuda de $1,700 millones que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, le ordenó pagar.

Y a juzgar por las palabras del director ejecutivo del Fondo NML Capital, Jay Newman, los fondos buitre no están dispuestos a perder ni un solo centavo.

“Argentina tiene la capacidad para pagarles a todos sus acreedores”, señaló, tras reconocer que usaron los juicios contra el Gobierno como “último recurso”.

“No hay rehenes en esta situación, solamente acreedores que no cobraron. Argentina tiene la capacidad para pagarles a todos sus acreedores. Es un país miembro del G-20, con vastos recursos naturales, que simplemente se rehúsa a pagar”, expresó.

Según sostuvo Newman en una entrevista con el diario La Nación, “esta situación puede resolverse rápidamente”. “No le estamos pidiendo que pague una deuda que no puede pagar. El cumplimiento de Argentina con sus contratos le traerá beneficios a su economía”, argumentó.

Newman es la mano derecha de Paul Singer, principal socio del Fondo NML Capital, que reclama que Argentina le entregue $1,300 millones por un bono que compró a $40 millones, cuando eran considerados “basura” por su precio de mercado.

En el Gobierno, en tanto, afirman que el interés real de Singer son las materias primas, en especial el petróleo que aún no ha sido extraído de Vaca Muerta.

Consultado sobre si los denominados fondos buitre son la “parte sucia” del capitalismo, Newman aclaró que “NML Capital maneja dinero de fondos de pensión, organizaciones de caridad, universidades e individuos”, y marcó una diferencia respecto de los bonistas que sí acordaron: “Durante la primera reestructuración del país, en 2005, dos tercios de sus acreedores eran instituciones locales, que no tenían otra opción más que tomar lo que el gobierno les estaba ofreciendo”.

“Nosotros, con más de 60,000 bonistas, rechazamos esos términos abusivos y, en cambio, presionamos por un acuerdo negociado. Esos 60,000 bonistas, incluyéndonos, no recibimos un centavo en 13 años”, se quejó.

“No hay rehenes en esta situación, solamente acreedores que no cobraron” (…). “En última instancia, esta es la historia, no la de la Argentina versus los fondos de cobertura; es la de un país que rompió sus promesas a acreedores”, sentenció.

Sin embargo, Newman ha dejado a la vista una posible negociación: consideró que si la administración nacional “se junta en una mesa de negociación” con los bonistas en litigio podría darse “un rápido acuerdo”.

Para Enrique Dentice, economista y docente de la Universidad Nacional de San Martín, “a partir de enero la Argentina se va a poner a negociar en serio. Pero esto significa que no va a darles a los buitres todo lo que quieran, sino que va a partir de las mismas condiciones de los canjes anteriores”. En consecuencia, el proceso de negociación podría ser largo. “No es probable que se llegue a un arreglo inmediatamente. Creo que recién, en el segundo trimestre de 2015, avanzará el proceso hacia un resultado más concreto”, sentenció Dentice.

Por su parte, Gabriel Holand, CEO de HR Global Financial Advisors, también fue escéptico respecto de una resolución rápida del litigio. “La posibilidad de llegar a un acuerdo depende de si el equipo económico necesita dinero o no. En algún momento habrá un acuerdo, el problema es cuándo y cómo. Los buitres quieren cobrar, por lo menos, el 80 %, y el gobierno va a ir con una propuesta mucho más agresiva.