La cadena internacional Real Hotels & Resorts invierte cerca de $8 millones anuales en el mantenimiento y modernización de los más de 20 hoteles propios que operan en una decena de países en toda Latinoamérica.
Esa millonaria inversión está enfocada en cuatro primordiales elementos: infraestructura, servicio, entretenimiento y tecnología.
La misión no solo está en “mantenerlos como si estuvieran nuevos”, sino que “la clave del éxito está en la diferenciación, crear una propuesta de valor única y sostenible”, explicó el vicepresidente ejecutivo de la cadena, Fernando Poma.
Según detalló, cuando se refirió a infraestructura habló de insonorización en las habitaciones, ventanas antiruido, obscuridad total en las habitaciones, las mejores camas y cocinas móviles para que los chef puedan cocinar los banquetes frente a sus clientes.
En cuanto al servicio, se desarrolla la estrategia denominada “el renacer del humanismo”, con la que buscan generar conexiones emocionales con los huéspedes.
Sobre entretenimiento, detalló los fabulosos paquetes en las habitaciones (con televisión), piscinas, gimnasios, spa, restaurantes y bares, con múltiples conceptos. Y sobre tecnología, habló de la velocidad más alta de Internet en toda la ciudad.
Lo anterior le ha permitido al Grupo este año hacerse acreedor de casi una veintena de premios, reconocimientos y certificaciones de excelencia por parte de dos prestigiosas firmas de turismo en el mundo: World Travel Award y TripAdvisor (ver nota secundaria).
El hotel más antiguo de Real Hotels & Resorts es el Real Intercontinental situado en San Salvador, El Salvador, cuyas puertas fueron abiertas al público en 1972; y el inaugurado más recientemente, es el Marriot de Cali, en Colombia.
En la actualidad, la cadena emplea a unas 5 mil personas y está en proceso de construir un Marriot en Medellín (Colombia), un Intercontinental en Santo Domingo (República Dominicana) y un Marriot en Guatemala. Se tienen planes, además, para la construcción de otro hotel en Lima (Perú).
Rentabilidad, certeza y seguridad
La otra cuestión que necesitan los inversionistas es rentabilidad, es decir, que existan personas interesadas en adquirir sus productos y servicios, pero más importante que eso es la certeza jurídica, expresó el ejecutivo.
Según Poma, “para tener esa certeza deben haber dos cosas: una democracia irreversible; un país como Venezuela, por ejemplo, crea incertidumbre. Y seguridad jurídica, es decir que las reglas del juego se mantengan no solo cuatro años, sino hasta 50 años”.
Que los Estados no cambien las reglas del juego es importante para evitar la incertidumbre. “La inversión, en la esfera entera, le huye a la incertidumbre”, recalcó.