Rusia se derrumba por alta dependencia del petróleo

Los hidrocarburos representan dos tercios de las exportaciones y más de la mitad del presupuesto federal del país

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin (der.) sobreestimó la capacidad económica de su país al invadir Ucrania. Foto Expansión / Archivo.

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2014-12-22 7:30:00

La alta dependencia del petróleo, las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea en su contra, junto a otras debilidades de Rusia han llevado a ese país una crisis económica que ya le encaminan a una recesión para 2015.

El banco central de Rusia ha proyectado para el próximo año una caída de -4.5 por ciento del PIB.

En los últimos seis meses, el precio del petróleo ha caído prácticamente a la mitad, y ya alcanzó el piso que tocó en medio de la gran recesión mundial de 2008.

Ayer, el petróleo de Texas (WTI) volvió a bajar y cerró en $55.26 por barril.

Este desplome es un golpe demoledor para un país como Rusia, en el cual los hidrocarburos representan dos tercios de las exportaciones y más de la mitad del presupuesto de la federación.

Menos ingresos por petróleo significan menos dólares ingresando a la economía rusa, lo cual ha alterado el tipo de cambio de su moneda, el rublo.

En solo tres semanas, el rublo perdió 40 por ciento de su valor frente al dólar. Hace menos de dos semanas, un dólar se podía comprar en Rusia con 52 rublos; ya para la semana pasada, hacían falta entre 70 y 80.

La acelerada depreciación del rublo ha llevado a que los comercios cambien sus precios a diario. Se calcula que para cubrir su necesidad de dólares, los negocios necesitan aumentar sus precios en cerca de 50 % para contrarrestar el desplome de la moneda, de acuerdo con la revista británica The Economist.

Guerra en Ucrania y sanciones

Junto al impacto del desplome de los precios del petróleo, Rusia encara otro gran problema: las sanciones que le han impuesto los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por haber fomentado la guerra en Ucrania y haber anexado Crimea.

El país perdería anualmente 40,000 millones de dólares por las sanciones, y otros 100,000 millones por la caída de precios del petróleo, estimó el mes pasado el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluánov. Pero sus cálculos se han quedado cortos, porque el precio del crudo ha caído todavía más desde entonces.

“Terminamos el año con 15.7 millones de pobres (de una población de 146 millones de habitantes). Pero en condiciones de inflación esa cifra crecerá inevitablemente”, admitió, por su parte, la viceprimera ministra y responsable del área social del Gobierno, Olga Golodets.

La gravedad de la situación ha hecho recordar a algunos medios rusos el colapso financiero de 1998, cuando Rusia se declaró en suspensión parcial de pagos.

Hoy, el país tiene mejor base económica —cuenta con reservas internacionales por valor de 416,000 millones de dólares— que hace 16 años para resistir el vendaval, pero afronta un entorno internacional mucho más desfavorable que el de entonces.

La crisis ha hecho tabla rasa con la estabilidad económica, aireada como el principal logro de la gestión de Vladimir Putin al frente del Kremlin. En medio de esta situación, el banco central de Rusia ha elevado drásticamente las tasas de interés, tratando de proteger al rublo, lo que reducirá las inversiones.