Energía del Pacífico S.A. de C.V. firmó ya en junio pasado un contrato de alquiler del terreno donde funcionarán una planta generadora de energía eléctrica, una planta regasificadora de Gas Natural Licuado (GNL) y un muelle, y serán instalados un tanque de almacenamiento flotante y una línea de transmisión para la interconexión de todo el sistema.
El proyecto, que consiste en el suministro de potencia y su energía asociada utilizando como combustible gas natural, está ya en la etapa de “cierre financiero”, que es donde se termina la organización del proyecto en cuanto a las partes técnicas, ambiental y de contratos para la construcción y operación de la planta.
“El terreno ya está. Es un terreno rentado, alquilado a CEPA (Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma)”, expresó el director de Desarrollo de Proyectos de Wartsila, Alejandro Bastardo. El lugar mide 126 mil metros cuadrados, unas 12 hectáreas.
Wartsila es una compañía finlandesa asociada con la empresa de inversionistas salvadoreños Quantum y que juntos constituyeron Energía del Pacífico para ganarla licitación del proyecto, que tendrá una capacidad de generación de 355 megavatios, un tercio de la demanda de energía eléctrica actual en El Salvador.
Los inversionistas prevén que el cierre financiero esté listo para mediados de 2015 y que la construcción tarde dos años como máximo, para poder cumplir con la concesión por 20 años con el Estado salvadoreño, que les exige comenzar operaciones en enero de 2018.
La inversión inicial asciende aproximadamente a $1,000 millones; sin embargo, Energía del Pacífico estima una inversión social de $532,500 anuales, un monto que ya contempla la inflación.
El gerente general de Quantum y director ejecutivo de Energía del Pacífico, Alejandro Alle, detalló que el 70 % de la inversión la está desembolsando la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), que es una división del Banco Mundial; mientras que el 30 % restante lo desembolsaría Quantum mediante la capitalización de la inversión de la IFC.
Alle advirtió que no tiene autorización para divulgar el nombre de la petrolera que les suministrará el gas, pero explicó que se trata de una “muy reconocida a nivel mundial”.
“Tenemos un contrato con ella porque es un proveedor de portafolio, es decir, que lo puede traer de Perú, donde hay yacimientos, de Australia, de Estados Unidos o de Trinidad (y Tobago). No estamos atados a ninguna fuente, sino que el acuerdo es con la petrolera que cada vez verá de dónde lo trae, a un precio con fórmula; es muy formal y firme la relación”, manifestó.
Una de las ventajas de haber firmado contrato con esa petrolera es que lo negociado asciende a medio millón de toneladas de GNL por año (entre cinco y siete barcos por año), pero puede haber cambios. “Es un contrato de largo plazo, pero tiene muchas cláusulas que dicen que se pueden hacer ajustes a los volúmenes”, por si quisieran comprar a otro proveedor, como por ejemplo México, que ya prometió suplir de gas a Guatemala a un precio más cómodo.