Para el presidente del Consejo Nacional de la Pequeña Empresa de El Salvador (Conapes), Ernesto Vilanova, los principales problemas que agobian a los empresarios y que alejan la inversión en el país son el acoso fiscal y además el incremento en los indices de delincuencia.
Respecto a la “persecución fiscal”, según lo señaló Vilanova, el gobierno lo que trata es de “recuperar recursos para hacer funcionar el Estado y por ello está asediando a los pequeños empresarios”.
Con la puesta en marcha de nuevos impuestos tributarios y además leyes que permiten maniobrar a Hacienda para acosar a las empresas, lo que sucede según Vilanova es que ” nadie va a invertir”.
“El acoso fiscal va con motivación político partidaria, nos están obligando a una línea partidaria para tratar de amedrentar a las pequeñas y medianas empresas”, acusó el empresario.
Además de la inestabilidad jurídica que representa el paquete tributario aprobado este año, el presidente de Conapes señaló que se continúa alejando la inversión con la falta de políticas serias para combatir la delincuencia.
“La delincuencia ha secuestrado el país. Eso que nos vengan a decir que hay un plan de seguridad, nosotros no lo hemos visto”, refirió Ernesto Vilanova.
El representante de Conapes señaló que el 90 % de las pequeñas y medianas empresas se encuentran asediadas por grupos delincuenciales que las extorsionan a cambio de dejarlos trabajar.
“Hay muchos pequeños empresarios -incluso los informales- que para vender sus productos tiene que pagar una cuota por entrar y salir de los lugares que visitan”, apuntó.
Aunque el gobierno recientemente anunció la creación y puesta en marcha del Consejo Nacional de Seguridad, para Vilanova “mientras exista inseguridad en el país, cualquier política del gobierno no será válida”.
“El crimen organizado también está haciendo su agosto como decimos, el crimen organizado está regado en todo el país y aquí se vende droga en cada esquina de San Salvador, y los asesinatos continúan”, indicó.
Aunque no se tienen datos concretos sobre cuántas empresas cierran cada semana porque prefieren retirarse y no pagar renta o extorsión a los grupos delincuenciales, según lo han señalado en reiteradas ocasiones representantes de la empresa privada, el flagelo de la delincuencia cada vez atemoriza más al sector productivo.