Científicos se hacen a la mar con Grupo Calvo

Desde hace dos años, Calvo incorporó a científicos independientes en todos los barcos de la flota atunera, como parte de la política de sostenibilidad.

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Calvo cuenta con una flota de siete barcos que navegan en el Océano Atlántico. FOTO/cortesía calvo.

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2014-11-17 6:00:00

En cada uno de los siete barcos del Grupo Calvo que navegan en el Océano Atlántico hay un observador científico a bordo. La iniciativa surgió hace dos años y forma parte de la política de sostenibilidad de la compañía española, especialista en producción y comercialización de atún.

En un boletín emitido la semana pasada, Calvo explica que la decisión de llevar a bordo a este tipo de profesionales obedece a que la compañía cree en que la gestión de los recursos marinos debe realizarse sobre la base de hechos científicos, lo que implica aportar toda la información posible sobre las variables de los ecosistemas en los que viven los peces.

La compañía sostiene que dedicar recursos a mejorar la ciencia aplicada a la gestión pesquera es el primer paso hacia la sostenibilidad del recurso.

La presencia de los científicos, según la firma española con presencia en El Salvador, es la forma más eficiente y profesional de recoger datos que no solo son útiles a la empresa, sino también a organismos que velan por la gestión sostenible de los mares.

Y es que la información científica que recogen los expertos es enviada al Instituto Español de Oceanografía (IEO) y sirve además para alimentar las evaluaciones de “stock” realizadas en forma periódica por los científicos de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) y otros organismos internacionales.

Los datos también son utilizados al momento de tomar decisiones consideradas necesarias para mejorar u optimizar algún aspecto de la actividad pesquera con repercusión directa en la sostenibilidad de dicho recurso.

Contar, además, con un científico a bordo es una ventaja para la tripulación de un barco, ya que las recomendaciones del profesional son tomadas en cuenta a lo largo de la travesía por el Atlántico.

“Todo lo que hacemos en el mar, las buenas prácticas que nos imponemos y que queremos que se conviertan en el estándar de la industria, los avances científicos y técnicos que impulsamos, tienen que ver con nuestro compromiso con los recursos, pero también con las personas y la calidad de los alimentos que fabricamos”, refiere el comunicado de prensa.

Para Calvo el concepto de calidad total de cualquiera de las marcas va más allá de los productos e incluye las prácticas responsables a lo largo de toda la cadena de valor.

La calidad llevada a la gestión de personas implica tener condiciones laborales dignas, materia prima de la mejor calidad, y ser responsable con los recursos marinos. Asimismo, incluye la limitación de compras solo a proveedores certificados de acuerdo con valores y requisitos de la empresa.

Calvo, fundada en España en 1940, opera en Centroamérica desde 2003.—Expansión.