Exportadores: El TLC con EE. UU. es poco explotado

Capacitación de personal, acceso a financiamiento y disponibilidad de materias primas están entre los retos que falta superar en varios rubros empresariales luego de 10 años

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El comercio con Estados Unidos ha crecido en 28 % en la última década. Foto EDH / archivo

Por Rodolfo Ortiz negocios@eldiariodehoy.com

2014-10-20 8:00:00

Tras casi una década de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (TLC) las exportaciones han crecido pero la economía de El Salvador aún no aprovecha por completo los beneficios del acuerdo comercial. Varios sectores enfrentan desafíos en capacitación, cumplimiento de requisitos, abastecimiento de la demanda e inversión.

Desde 2005, año en que el TLC se encontraba en vigencia por completo, hasta 2013 las exportaciones hacia el país norteamericano han crecido en $281 millones, un incremento de 28 %, según cifras recopiladas por el Banco Central de Reserva (BCR).

En 2005 El Salvador envió mercadería a Estados Unidos por un valor de $1,809 millones, mientras que el año pasado las exportaciones alcanzaron un total de $2,490 millones. Y aunque el país ha buscado diversificar el destino de sus productos, el socio norteamericano sigue siendo el más importante al comprar el 45 % de la mercadería.

Sin embargo esta cifra revela una peculiaridad. El sector textil y confección ha sido el gran ganador en el marco del TLC, mientras que otros sectores de la industria salvadoreña, como los alimentos, no han alcanzado a aumentar el intercambio comercial con Estados Unidos.

De acuerdo con cifras proporcionadas por la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas (Camtex) el aporte de este sector representa más del 90 % de las exportaciones realizadas a Estados Unidos.

¿Que ha pasado con el resto de empresas salvadoreñas? La directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), Silvia Cuéllar, opina que no se trata de una oportunidad desaprovechada, sino que la capacidad de producción aún es insuficiente para suplir la demanda de los consumidores estadounidenses.

“La oportunidad está, porque la demanda está… pero dónde está ese producto que llena la expectativa”, indicó.

Cuéllar dijo que antes de exportar, la preocupación es abastecer la demanda local. Eso puede verse sobre todo en el caso de los alimentos y granos básicos como frijol y maíz. Cuando estos productos escasean es difícil utilizarlos como materia prima para los alimentos procesados que buscan los compradores en Estados Unidos.

La misma lógica aplica cuando se trata de conseguir materia prima proveniente de los países centroamericanos.

Capacitación e inversión

La directora ejecutiva de Coexport dijo que, en promedio, 112 empresas iniciaron exportaciones a Estados Unidos luego de que entrara en vigencia el TLC. Sin embargo esta participación no ha permitido que otros sectores crezcan, además del textil. Silvia Cuéllar dijo que esto se debe a que el proceso no es fácil.

“Tiene que tener un proceso de aprendizaje… toma tiempo. Y para que cumplas un requerimiento, no es de la noche a la mañana y por el otro lado, requiere una inversión”, explicó la directora ejecutiva.

Coexport, junto con otras organizaciones, han desarrollado diferentes talleres para que los empresarios conozcan los detalles técnicos del acuerdo comercial y los requerimientos para aprovechar el TLC. En todo caso, el proceso requiere de una segunda fase, que es la implementación de cambios al interior de las empresas y la difusión del conocimiento.

Esta segunda fase, comentó Cuéllar, en ocasiones se ve limitada por la alta rotación de personal en el mercado laboral salvadoreño. Algunos profesionales formados en este tema incluso dejan el país en busca de mejores oportunidades.

Por otro lado, todas las modificaciones necesarias en infraestructura y procesos requieren de considerables cantidades en inversión. Un tema bastante complicado en El Salvador, donde el acceso a financiamiento es el segundo mayor problema para los negocios, según el último Índice Global de Competitividad publicado por el Foro Económico Mundial.

De acuerdo con el ranking bancario, a agosto 2014, publicado por la Asociación Bancaria Salvadoreña, el comercio y la industria manufacturera solo representaban el 24.1 % de la cartera de préstamos. Hay un mayor movimiento de fondos destinados a consumo que a actividades productivas.

“Hay que ver qué oportunidades le damos nosotros a los pequeños y medianos, cómo les podemos asistir en darles el apoyo para que su financiamiento sea abaratado”, dijo Silvia Cuéllar.

Sin embargo no todo lo relativo al TLC ha representado dificultades para las empresas salvadoreñas. La búsqueda de nichos de mercado (o clientes) con mayor valor agregado es un resultado positivo para el comercio local. La directiva de Coexport mencionó que, por ejemplo, en el rubro de artesanías los productores ya no solo se enfocan en artículos decorativos, sino en aquellos que son útiles al consumidor (artículos de oficina u hogar) y mantienen la estética artesanal.

Además con la llegada del Acuerdo de Asociación con Europa (AdA) el productor salvadoreño adquirió una visión para atender clientes que demandan mayor valor agregado: mejores empaques, detalles personalizados, productos exclusivos, certificaciones ecológicas y laborales, entre otras.

Sector textil

La producción del sector textil y confección fue una de las más beneficiadas por la eliminación de impuestos que trajo el TLC. De acuerdo a Mauricio Rodríguez, coordinador técnico de la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas (Camtex), se debe a que se optó por una estrategia de atracción de inversiones e integración.

Con este enfoque el sector pasó de ser productor de materia prima (hilos, telas) a contar con empresas especializadas en la confección, empaque y distribución. El Salvador es así un modelo “verticalmente integrado”, algo que solo Guatemala ha replicado en la región.

Según las cifras de Camtex, El Salvador pasó de ser el proveedor número 24 de Estados Unidos a consolidarse entre los 10 más importantes del rubro durante la última década.

Solo en 2013 el sector textil y confección representó el 96 % de todas las exportaciones enviadas a Estados Unidos.

La gremial ha contabilizado que 62 empresas iniciaron operaciones en el país, o se expandieron, entre 2005 y 2012. Esto significó una inversión de $687.13 millones, generando 19,941 empleos.