La política industrial, elaborada conjuntamente con la administración de Mauricio Funes, se encuentra abandonada y no ha sido retomada por los diferentes ministerios del Estado, detalló ayer el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
“La política industrial que se desarrolló con el gobierno pasado, después de 18 meses de trabajo conjunto, quedó entrampada en secretaría técnica, no se implementó”, dijo Javier Simán, presidente de la gremial.
De acuerdo con el industrial, algunas acciones de esta política se han retomado con el ministro de Economía, Tharsis López, y con el comisionado para la inversión y vicepresidente de la República, Óscar Ortiz. Sin embargo “se requiere el apoyo de todo el Órgano Ejecutivo, no solo de ellos dos”, dijo Simán.
La importancia de esta política radica en que plantea acciones a tomar para solucionar diversos problemas del sector industrial y mejorar las condiciones de competitividad y producción del país. “Básicamente se escogían los ejes principales en los cuales había que reenfocar los recursos para lograr la reactivación económica”, explicó el líder gremial.
En esta política, que aún no está siendo implementada, por completo, se abordan soluciones a los altos costos de la energía, capacitación de la fuerza laboral y reducción de la burocracia, por mencionar algunos ejemplos.
Simán dijo que es necesario continuar con la aplicación de esta política, integrando a los ministerios del órgano ejecutivo para abordar problemas inmediatos del país. “Nuestro llamado es al Gobierno para que trabajemos juntos en buscar las soluciones, en buscar la competitividad”, enfatizó.
Impacto de impuestos
Javier Simán hizo también una valoración del impacto que tiene el impuesto a las transacciones financieras, a un mes de haberse implementado. Según él, genera más burocracia y afecta a la competitividad.
El impuesto genera más trabajo y confusión debido a que los bancos deben crear cuentas especiales para manejar todas las operaciones que se encuentran exentas.
Además recordó el efecto cascada que tiene el impuesto, pero matizando que los costos no podrán traducirse en una gran alza a los precios.
Los productos salvadoreños estarían en desventaja frente a los extranjeros, ya que estos últimos no tendrían en su precio al consumidor el costo adicional del impuesto. Sin embargo, las materias primas que requiere la industria sí subirán de precio.
Esto genera un dilema entre asumir los costos o aumentar el precio final. “Estamos complicando la manera de hacer negocios”, concluyó Simán.
Pese a este panorama, el industrial indicó que proyectan un leve crecimiento del sector industrial al cierre de este año, el cual estaría entre 1.8 % y 2 %; mientras tanto las exportaciones del rubro tendrían una alza del 2.2 %.
Una de las soluciones que Simán propuso para incentivar a este sector es la inversión en infraestructura vial. Con el 42 % de las exportaciones nacionales destinadas a Centroamérica, es muy importante contar con puentes y carreteras de gran capacidad.