PANAMÁ. La Cámara Marítima y la Autoridad del Canal de Panamá enterraron hoy una “cápsula del tiempo” en el Centro de Observación de la Ampliación de la vía interoceánica como parte de las celebraciones de los 100 años de funcionamiento del corredor acuático.
En la cápsula, que será reabierta en 2039, se guardaron 14 objetos relacionados con las celebraciones del centenario.
La Cámara Marítima panameña expresó al anunciar la actividad sus felicitaciones a la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá, a su administrador, Jorge Quijano, y “a los trabajadores que idearon, diseñaron, construyeron y han operado esta magna obra para ofrecer servicios marítimos seguros y de calidad”.
Con la cápsula del tiempo, dijo hoy Quijano, “lo que estamos es tratando de proyectar esta generación que ha trabajado” para lograr la ampliación que está prevista se inaugure a finales del 2016.
“En el futuro, si mi pronósticos están correctos, sobre esta área estaremos construyendo, o estará ya construido, el cuarto juego de esclusas”, dijo Quijano a periodistas.
La gigantesca zanja que parte en dos el continente americano por el istmo central se construyó entre 1903 y 1914 por EE.UU., que invirtió entonces para ello 300 millones de dólares y que lo administró hasta el 31 de diciembre de 1999, como se había pactado en los tratados Torrijos-Carter de 1977.
La ACP, heredera de la estadounidense Panama Canal Comission, emprendió una ambiciosa ampliación de la vía artificial en 2007 que duplicará la capacidad de movimiento de carga, a partir de 2016, de los 300 millones de toneladas anuales a los 600 millones de toneladas.
Tras la ampliación, con un total de 5,250 millones de dólares de inversión presupuestada, la ACP estima que antes de 2025 el Canal de Panamá, por el que en sus cien años han transitado más de un millón de mercantes y barcos militares, generará al Estado panameño unos ingresos anuales de 3,100 dólares.
El principal proyecto de la ampliación del canal, con unos 3,200 millones de dólares de presupuesto para invertir, es la construcción de un tercer juego de esclusas, tanto en el extremo pacífico como en el atlántico, que permitirá el paso de barcos de hasta 12,000 contenedores.
Actualmente, los buques que transitan por el canal panameño solo pueden llevar 4,000 contenedores y pagan actualmente una media de 50,000 dólares por usar el atajo continental. Todavía no se ha decidido cual será el peaje que deberán costear los barcos más grandes.