Banca crece menos que en resto de C.A.

El sistema financiero salvadoreño avanza a un ritmo del 3.5 %, desde 2010, mientras que en el resto de Centroamérica lo hace a 11 % en promedio

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El Salvador reporta el crecimiento más lento del sistema financiero debido a su aletargado desarrollo económico. foto EDH / archivo

Por Pedro Carlos Mancía negocios@eldiariodehoy.com

2014-08-07 8:00:00

La cartera crediticia de El Salvador ha venido creciendo a un ritmo del 3.5 % anual, constituyéndose en el que menos crece en la región centroamericana, que experimenta crecimientos del 11 % anual en promedio, según indica la calificadora de riesgo Moody’s.

La agencia internacional explica que ese bajo crecimiento tiene a la base el poco dinamismo que muestra la economía nacional.

El informe contrasta el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que se estima en promedio en el 1.8% versus el aumento de préstamos que ha experimentado un incremento promedio del 3.5% desde 2010. Actualmente el crecimiento promedio de la cartera de préstamos en Centroamérica es del 11%.

No obstante, el documento resalta que la calidad crediticia ha mejorado en los últimos tres años, gracias al esfuerzo bancario de limpiar las hojas de balanza después de la crisis de 2009.

En El Salvador, el sistema bancario está bien concentrado y, en su mayoría, está representado por bancos extranjeros. Hasta diciembre del año pasado, la cartera de préstamos ascendía a 10 mil millones de dólares, es decir, el 41% del PIB nominal, con un total de activos que llegaban a los 14 mil millones de dólares.

Empero, Moody’s destaca que los bancos en la región son “superficiales, pues reflejan altos niveles de informalidad económica y desigualdad de los países”.

La agencia dice que aunque el sistema (bancario) se mantiene pequeño y subdesarrollado, los prestamistas han logrado fortalecer las franquicias de bancos en los últimos años a pesar de la vulnerabilidad económica y de las instituciones públicas débiles.

El riesgo clave del desempeño de los bancos se enfoca en la dependencia que tiene el Istmo con respecto al desempeño económico de Estados Unidos, los altos niveles del financiamiento en dólares y el reto de extender el crédito a los sectores informales.

Moody’s también advierte que la región corre el peligro de experimentar un deterioro en la calidad de sus activos, debido a que los préstamos crecen a niveles más altos que el crecimiento económico.

Esto se debe a que, históricamente, los bancos de la región se han enfocado en clientes corporativos, que tienden a poseer el mejor crédito en sus respectivos mercados. A su vez, esto ha ayudado a mantener la calidad de los activos a pesar de las altas concentraciones de estos clientes.

A un nivel macro, señala la agencia calificadora, las economías de Centroamérica tienen baja exposición a los riesgos asociados a la liquidez global, pero algunos bancos están más propensos al peligro de la refinanciación.

Algunos país poseen grandes déficits de cuentas y riesgos en balanzas de pago provenientes de fluctuaciones en los mercados internacionales. Los bancos sobreviven del incremento en depósitos de clientes domésticos, esto añade estabilidad a las estructuras de financiamiento.

Moody’s recalca además que algunos bancos han aumentado el financiamiento de mayoristas, incluyendo inversiones de bancos internacionales y emisión de deuda global con el fin de experimentar crecimiento.

Esto expone un severo problema, debido a que, si las tasas de interés continúan creciendo, se generaría un “reto de refinanciamiento” para los bancos.

La calificadora de riesgo plantea también que la dolarización en El Salvador y Panamá podría ser percibida como una amenaza, ya que ambos países no disponen de una política monetaria propia y están expuestos a todo cambio que acontezca en el sistema monetario estadounidense.

Pero es considerablemente más preocupante en otros países de Centroamérica, en donde los dólares circulan junto a las monedas locales; lo que implica que hay un espacio “más limitado para maniobrar” en la economía.

En ese sentido, Moody’s cree que dependiendo de los sistemas de dolarización de cada país, se puede limitar la eficiencia de las políticas monetarias o crear problemas en la moneda en circulación.

También existe un riesgo político, ya que muchos países han cambiado de gobierno o se enfrentan a elecciones. El informe explica que esto podría cambiar el panorama político de los países, por lo que recomienda que se mantengan las políticas económicas.

“Un calendario apretado de elecciones entre el 2014 y 2016 puede llevar a cambios en el clima político de la región. Sin embargo, es poco probable que un cambio de gobierno lleve a cambios radicales de la política (económica)”, postula Moody’s.

La calificadora agrega que sobre todos los retos que se le presentan a las economías de los países, el crecimiento económico se mantendrá estable entre 2014 y 2015. Debido a que las economías son pequeñas y relativamente pobres, y existe limitada diversidad.

Algunas naciones centroamericanas dependen del consumo doméstico, impulsado en gran parte por remesas provenientes de Estados Unidos, siendo El Salvador el país que más depende de este recurso que representa el 16.4% del PIB.

Asimismo, Moody’s explica que la desigualdad e informalidad reinan en Centroamericana, causando que la economías crezcan a ritmo lento, lo cual afecta el desarrollo de los sistemas financieros.

El total de préstamos en todos los sectores al compararlos al PIB se mantienen en un promedio del 45% en toda la región; pero es preocupante que el sector informal represente un promedio del 45% del PIB en el área, más alto que en México y Brasil.

Esto reduce las posibilidad de orientar recursos para inversión en infraestructura y desarrollo social por parte de los gobiernos, ya que, por lo general, los informales no pagan impuestos.

Desde 2011, los préstamos bancarios en la región han ido creciendo significativamente, lo que produce “un pequeño riesgo inminente de una burbuja financiera o burbuja económica”; lo que llevaría a una subida anormal y prolongada del precio de un producto o activo.

En El Salvador los préstamos experimentan un crecimiento acelerado debido a la “peligrosa” estrategia de enfocarse más en prestar a las personas naturales, pese al estancamiento de la economía.

Este tipo de financiamiento, durante varios años, era limitada debido a las constantes crisis que se vivían en las naciones; pero el aumento de empleos y las entrada de remesas han ayudado a que se sostenga la calidad e incremento del crédito a individuos.

Lo anterior es respaldado por la estabilidad macroeconómica del Istmo, aunque se espera que para este año los préstamos se mantengan estables.

Aunque en muchos bancos su punto de negocio se encuentra en compañías ya establecidas, con las cuales pueden crear “una fundación de crecimiento”.

Las empresas ofrecen a los bancos perfiles crediticios estables, brindando mayor seguridad en el tema de financiamiento.

Créditos otorgados a cuentas comerciales representan un promedio de 55% del total de préstamos del territorio; siendo Guatemala el país que más fondos coloca (65%) y El Salvador el que desembolsa menos (46%).

Dicha tendencia ha atraído competencia de nuevos bancos nacionales, incluso latinoamericanos; pero también se ha visto que bancos europeos se van o pierden mercado.