SAN JOSÉ. Los acueductos rurales pueden llegar a convertirse en los grandes disparadores de la cobertura de agua potable en Latinoamérica, pero antes sus gestores deben ser capacitados adecuadamente y tomados más en cuenta por los Gobiernos a la hora de decidir sobre políticas para el recurso hídrico.
En la región, cerca de 35 millones de personas no tienen acceso adecuado al agua potable, un problema que las Organizaciones Comunitarias de Servicios de Agua y Saneamiento (OCSAS) pueden ayudar a resolver con un poco más de apoyo y coordinación, dijo a Acan-Efe la gerente del Programa Regional de Acceso al Agua de la Fundación AVINA, Lil Soto.
Este panorama será discutido en el V Encuentro Latinoamericano de Gestión Comunitaria del Agua, que se llevará a cabo en Santa Clara de San Carlos, en la zona norte de Costa Rica entre el 9 y el 11 de septiembre, con el apoyo de AVINA.
Datos de AVINA indican que en Latinoamérica existen unas 80,000 OCSAS que brindan el servicio de agua a unas 70 millones de personas, pero estas organizaciones comunales enfrentan una serie de limitaciones, una de ellas la invisibilidad.
El otro gran problema que enfrentan estas organizaciones comunitarias es la falta de capacitación en temas relacionados a la gestión de los acueductos.
“El acceso al agua está definido por la ONU como un derecho humano. Los Estados tienen la responsabilidad de cumplir con ese derechos, pero es la sociedad la que define el modelo para que el Gobierno pueda delegar” la prestación del servicio, dijo Sotos.
Y es allí donde las OCSAS juegan un papel esencial en el aumento de la cobertura de agua potable, que se traduce en una mejoría en la calidad de vida de los latinoamericanos. —ACAN/EFE