Conferencistas reunidos en el primer Congreso Regional de Energía de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) coincidieron en que una política energética debe pasar porque el Estado brinde facilidades de operación a los generadores, es decir, que planifique a largo plazo y evite las intervenciones coyunturales o de tinte político.
Mariano Pitta, representante de la empresa Unitape, dijo durante el foro de energía y competitividad industrial que se necesita una visión capaz de unir al gobierno y a la industria, para desarrollar la energía renovable, y al sector financiero para apoyar estos proyectos. Además señaló que el uso de estas tecnologías, aunque no permiten un retorno de la inversión a corto plazo, son parte de un compromiso que la industria debe asumir con la eficiencia y el medio ambiente.
La segunda jornada del congreso estuvo dedicada a las fuentes de energía renovable y las tecnologías que permiten obtener una mayor eficiencia energética. En las ponencias se observó el contraste entre las prácticas que los gobiernos realizan para promover el uso de fuentes no convencionales.
Asier Maztegi, representante de la corporación Tecnalia, relató que en España se “sobreincentivó” la generación de electricidad a través de energías renovables en el sector industrial. Esto generó una distorsión del rubro energético, un “crecimiento desproporcionado y sin control”.
Según relató Maztegi, eventualmente las empresas dependieron de los excedentes de energía que generaban, en principio, para autoconsumo. “Algunas papeleras, más del 25 % de la cifra de ventas anual era electricidad”, explicó.
Además relató que debido a las subvenciones que el gobierno otorgó a algunas empresas generadoras causaron un alto grado de dependencia. Cuando el Estado retiró el apoyo, muchas de ellas no fueron capaces de competir en el mercado local. El fenómeno afectó también a otras industrias que optaron por el autoconsumo energético.
Por contraparte, Carlos Franco, director general de AGM Desarrollos, dijo que en Colombia el sector privado tomó la iniciativa en la producción y distribución de energía alterna. En dicho mercado el Estado actúa como un ente regulador, administrando los contratos de energía, pero sin intervenir en los precios u otorgando subvenciones.
Ya que las energías renovables poseen costos variables, según su naturaleza, es la industria la que toma las decisiones de inversión y precios. Todo funciona en una dinámica de libre mercado entre el productor y el comprador (empresas, ciudades, etc.).
Más que promocionar una fuente de energía renovable, Franco cree que el Estado debe garantizar estabilidad al rubro (ver entrevista).
Matriz energética
De acuerdo con la directora del mercado eléctrico del Consejo Nacional de Energía (CNE), Georgina Barrientos, el 50 % de la energía que consume el país es de generación térmica, 24 % es geotérmica y el aporte de las fuentes hidroeléctricas varía entre 25 % y 40 % según la estación climática.
La red eléctrica dispondrá de un aporte considerable de energía eólica y solar a partir de 2016, señaló. El CNE prepara además un reglamento destinado al autoconsumo (energía generada por las industrias para suplir sus procesos) con fuentes solares y eólicas.
Durante el discurso de inauguración del congreso, Javier Simán, presidente de la ASI, comentó que el sector privado invierte en plantas solares y en la sustitución de calderas de búnker, un derivado del petróleo, por biomasa. También destacó la disposición de colaborar con el gobierno en un diálogo transparente.