“La RSE debe evolucionar para causar mayor impacto”

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Gisella Sánchez, directora de relaciones corporativas de Florida Bebidas, primera empresa social de Costa Rica Nutrivida, participará en la segunda Semana de la RSE. Foto EDH / Cortesía

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2014-07-11 8:00:00

Gisella Sánchez, directora de relaciones corporativas de Florida Bebidas, primera empresa social de Costa Rica Nutrivida, y quien será conferencista de la Segunda Semana de la “Responsabilidad Social Empresarial (RSE)”, asegura que desde la creación del concepto de RSE en la década de 1970, este ha crecido de forma vertiginosa.

Señala que primero se pensaba que la única responsabilidad de las empresas era generar empleos y pagar impuestos. “Esta visión evolucionó a lo que conocemos como filantropía: regalar dinero a causas sociales y ambientales. En realidad, la RSE es mucho más que eso y como cualquier otro concepto, no está estático, sino que sigue evolucionando”, apuntó Sánchez.

La ponente participará en el evento que organiza la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), que se realizará del 21 y 26 de julio.

Sánchez apuntó que más del 80 % de las empresas del mundo piensan que la RSE es la minimización de las huellas ambientales y sociales que una empresa genera: Tratar de reducir el consumo de agua, de energía, las emisiones de carbono y los residuos sólidos, pero menciona que, en realidad, este solo es el primer paso.

Una vez que las empresas han trabajo en la reducción de sus huellas, deben pasar a una segunda etapa, en donde puedan desarrollar productos y procesos que creen valor social y ambiental, al mismo tiempo, económico.

“En lugar de al final del mes, medir solamente la utilidad económica de la empresa, es también importante que las compañías midan su utilidad social y su utilidad ambiental, y amarren la remuneración de sus colaboradores con estas tres formas de creación de valor. Esto es lo que se conoce como una empresa de triple utilidad”, agregó.

Acá, aclaró, que es muy importante que los empresarios amplíen su visión y se den cuenta que las empresas siempre han sido tridimensionales, y que son los gerentes quienes, para simplificar su trabajo, se enfocan solo en una dimensión: la económica.

Eso no significa que las otras dos dimensiones de la empresa (social y ambiental) desaparezcan, simplemente no se gestionan y, por ende, no se toma consciencia al buscar formas de crear valor social y ambiental dentro de la empresa, con su cadena de valor (proveedores y clientes) y en alianza con otros sectores de la economía social.

La evolución natural de la Responsabilidad

La conferencista recalcó que el capitalismo está evolucionando para convertirse en un sistema social capaz de mucho más de lo que está supuesto a hacer, según su definición original. “Recordemos que el capitalismo nace hace tan solo 400 años, como un modelo en el que se invierte dinero con la expectativa de generar una utilidad”.

Esta definición económica sobresimplificada está sustentada en la premisa egocéntrica de que la gente solo busca el beneficio propio, y deja de lado un segundo y, tal vez, hasta el más poderoso interés del ser humano: el deseo y la necesidad de cuidar a otros y de buscar un ideal que trascienda su propio bienestar.

Agrega, que el tejido empresarial no se limita a ser un sistema económico, es un sistema social capaz de crear valor social y ambiental, al mismo tiempo, crea valor económico; por lo que, mientras no se comprenda que el modelo tradicional empresarial está agotado, no se podrá dar el salto al capitalismo holístico (versión “einsteniana” de las empresas).

Una compañía holística es aquella que tiene un propósito, es decir, una razón para existir más allá de generar utilidades; que actúa con la misma excelencia y rigurosidad en las tres dimensiones (creando valor económico, social y ambiental de manera simultánea), es innovadora y es inclusiva porque entiende que los retos sociales y ambientales son demasiado grandes como para que un solo sector de la sociedad pueda solucionarlos. “Yo creo fielmente que entrar en esta nueva era del capitalismo holístico y que la economía social incorpore a las empresas como un vehículo para crear prosperidad, es una tremenda oportunidad”, dijo Sánchez.

El reto está en convencer a cada uno de que existe una nueva forma de hacer las cosas, en donde el éxito pueda ser definido de una forma más holística. “De una cosa sí estoy segura: el poder está dentro de nosotros. La pregunta que debemos plantearnos no es si debemos ser mariposas, sino más bien, cómo aceleramos nuestro propio proceso de metamorfosis y el de nuestras organizaciones”, concluyó Sánchez. —EDH