En unos tres meses, la empresa Productores y Distribuidores Mejía Larios (Prodimel), que se dedica a la distribución de mariscos en el mercado local, proyecta hacer la primera compra a una pequeña cooperativa del sector.
El acercamiento entre Prodimel como cliente, y la cooperativa pequeña como proveedora, ha sido posible gracias al Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP), que funciona desde hace cinco años como parte de una iniciativa público privada.
El gerente de Prodimel, José Luis Mejía, considera que el beneficio es mutuo, ya que la empresa garantiza la compra del producto que necesita, y la cooperativa tiene segura la venta, a un mejor precio y sin intermediarios.
Junto a Prodimel, el Hotel Royal Decameron y el restaurante Super Marino se suman a la iniciativa como “empresas tractoras” que beneficiarán a siete pequeñas cooperativas de pescadores. La primera reunión entre clientes y proveedores tendrá lugar esta semana, informó Mejía.
El coordinador del PDP de la Cámara de Comercio, Luis Armando Castro, afirmó que a través de esta iniciativa también se está beneficiando a empresas que son parte del programa Jóvenes Emprendedores en Ciudades Seguras, del PNUD.
Los jóvenes, que trabajan en panadería y en la producción de hortalizas, se convierten en proveedores de empresas tractoras como Pastelería Roxana, Verduglasa, y el Fondo Vial, que también se ha sumado a la iniciativa.
El PDP funciona desde 2009. Inició con fondos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); luego se sumaron: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Gran Ducado de Luxemburgo y la Cámara de Comercio.
En general, las empresas que han participado en el programa (11 tractoras y 50 proveedoras) han logrado una relación de negocios más confiable, segura y ordenada, con beneficios para clientes y proveedores.
En el PDP también participan Industrias La Constancia (ILC), que ha trabajado con 10 proveedores en cada ocasión; Urbánica, cuyos proveedores son empresas constructoras pequeñas; Avance Ingenieros; Lácteos San Julián; Quesos de Oriente, Grupo Campestre, y Calzado GW.
“Estas empresas (las tractoras) están ayudando a que las micro y pequeñas empresas pueden tener un enlace comercial (más ordenado) y seguir sosteniendo sus negocios”, aseguró Castro.
Cada encadenamiento tiene un costo de 90 mil dólares (por 10 meses que dura la implementación). El 70 % es subsidiado y el 30 % restante lo ponen entre la tractora y proveedora.