El tiempo se agota para Argentina, dicen bonistas inconformes

Por su parte, el gobierno argentino rechazó las acusaciones y dijo que promueve "el diálogo en condiciones de negociación justas, equitativas y legales".

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La presidenta argentina, Cristina Fernández, saluda mientras se dirige a una sesión de fotos en la 6a. reunión de los países BRICS y de Unasur, este miércoles 16, en Brasilia.

Por Reuters/ AP

2014-07-16 12:00:00

BUENOS AIRES. Argentina camina a un doloroso default de deuda si sigue resistiéndose a negociar un acuerdo con los acreedores que la demandaron por su cesación de pagos hace más de una década, advirtió hoy una asociación que reúne a los fondos que lideran el reclamo.

La American Task Force Argentina (ATFA) dijo en un aviso publicado en los principales diarios del país que el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández parece preferir volver a caer en una cesación de pagos a negociar con los acreedores “holdouts”, que obtuvieron un fallo favorable en Nueva York para ser compensados con 1,330 millones de dólares más intereses.

Por su parte, el gobierno argentino calificó hoy de “caraduras” a los inversores que le exigen al país el pago de esos bonos, al rechazar la publicación en la que los acreedores criticaron la falta de voluntad de Argentina para negociar cómo saldará esa deuda.

“Ahora pretenden establecer una recomendación de política económica a la Argentina, son unos completos caraduras”, dijo a periodistas el jefe de gabinete, Jorge Capitanich.

“Estamos dispuestos al diálogo”, afirmó Capitanich, quien recordó que la semana pasada Kicillof mantuvo un encuentro con el abogado Daniel Pollack, al que el juez Griesa designó como coordinador de las negociaciones entre Argentina y los llamados “fondos buitre”.

Sobre la voluntad del paí­s para negociar, subrayó que éste promueve “el dialogo en condiciones de negociación justas, equitativas y legales para el 100% de los bonistas”.

RIESGO DE NUEVA CESACIÓN DE PAGOS

Argentina tiene hasta el 30 de julio para evitar su segundo default desde el 2002, cuando vence el período de gracia para cancelar los intereses de su bono Discount emitido bajo legislaciones extranjeras.

Una cesación de pagos pondría presión sobre una economía ya en recesión y le cerraría las pocas fuentes de financiamiento externas que tiene en momentos en que las reservas internacionales de su Banco Central están estancadas tras caer 30 por ciento el año pasado.

“El tiempo se agota para la Argentina. Tiene hasta fin de este mes para lograr un acuerdo con sus acreedores”, dijo la ATFA. “Esos acreedores han solicitado en reiteradas ocasiones reunirse con las autoridades argentina, pero estas se niegan”.

JUEZ BLOQUEA PAGOS

El juez de la corte del distrito de Manhattan Thomas Griesa bloqueó el pago del bono hasta que Argentina no compense a los fondos de cobertura liderados por NML Capital y Aurelius Capital Management, y designó un mediador para acercar a las partes.

Pero, Argentina ha dicho que no puede cerrar un acuerdo con los “holdouts” este año porque una cláusula incluida en las reestructuraciones de deuda que realizó en el 2005 y el 2010, que vence a fines de diciembre, le impide ofrecerles mejores términos que a los bonistas que participaron de esas operaciones.

Autoridades argentinas se reunieron dos veces la semana pasada con el mediador en Nueva York. Una fuente del Ministerio de Economía dijo a Reuters el martes que no habría reuniones esta semana, aunque podría haber contactos telefónicos.

Los acreedores con deuda que el país sudamericano dejó de honrar en el 2002, que en su mayoría ya fue reestructurada, rechazaron participar de los canjes y exigen cobrar el valor completo de los bonos.

El Gobierno también le ha dicho a Griesa que no puede iniciar negociaciones con los “holdouts”, a quienes califica de “buitres”, si no le permite honrar su deuda reestructurada.

“Se debe terminar con esa suerte de pillaje internacional en materia financiera como hoy pretenden hacer con Argentina”, afirmó la presidenta Cristina Fernández a un grupo de seguidores que la esperaban a la salida de su hotel en Brasilia, donde participa de una cumbre del bloque de países emergentes BRICS.