Subir impuestos no ayuda, el “flat tax” supera las dificultades

El experto del Cato Institute sugiere reformas económicas radicales para recuperar el crecimiento de El SalvadorEl impuesto de tasa única (flat tax) ha demostrado que los países pueden superar sus dificultades fiscales, estimular la inversión y la recaudación

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Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas para América Latina, del Cato Institute, abrirá el XIV Enade, con el tema "competitividad en el sistema de libertades".

Por Por Guadalupe Trigueros Fabeiro | Fotografía Cortesía

2014-06-16 7:30:00

Juan Carlos Hidalgo, el analista de políticas públicas sobre América Latina, para el Cato Institute, abrirá el XIV Encuentro Nacional de la Empresa Privada (Enade), el próximo lunes 23 de junio.

Su disertación, “competitividad en el sistema de libertades”, recorrerá los efectos del decrecimiento del país, explorará los modelos de medicación que requiere para revertir los daños, y las recomendaciones para no recaer en la misma enfermedad.

Tal cual como lo hace un experto en enfermos terminales, Hidalgo se caracteriza por su claridad y firmeza a la hora de diagnosticar, así como por la transparencia y sólido conocimiento que arropa a los miembros del tanque de pensamiento del Cato Institute: dice las cosas como son, a quien sea, y las fundamenta sin colores, desde un punto de vista de libre mercado y gobierno limitado.

El columnista del New York Times, Forbes, Miami Herald, El País, La Nación y El Tiempo, compartió con Expansión su principal diagnóstico de El Salvador: la economía del país se encuentra esclerótica y la atracción de inversión extranjera en fase anémica. Expansión comparte una primera parte de la entrevista sostenida con el experto.

¿Cuál será su enfoque en el Enade?

Es una explicación sobre por qué el futuro económico de países como El Salvador dependen de una economía abierta, con instituciones fuertes y altos grados de libertad económica. Explicaré la libertad económica, sus componentes, su importancia, sus pre requisitos para el crecimiento económico y humano.

Presentaré los resultados del informe libertad económica en el mundo, del Instituto Fraser de Canadá que analiza las políticas económicas de 152 países y se ranquean a los países de acuerdo a su libertad económica. También estaré viendo los retos que tiene El Salvador según estos parámetros.

¿Y cuáles son esos retos?

Los cinco grandes componentes en libertad económica son: tamaño del Estado, la protección de la propiedad privada, la integridad judicial, acceso a moneda sana, libertad de comercio internacional y regulaciones comerciales, laborales y de acceso al crédito.

El Salvador tiene buenas calificaciones en algunas áreas, principalmente su economía dolarizada, donde no hay discrecionalidad de la clase política para manejar la masa monetaria a favor de grupos particulares, sin embargo, hay áreas en las que tiene mucho por mejorar, por ejemplo, en las regulaciones, tiene una posición sumamente precaria. Si uno ve el índice doing business, está en la posición 118 en el general y en facilidad de abrir negocio, está en la 148, entre 189 economías, o sea que se encuentra entre los últimos lugares.

En el campo del Estado de derecho e integridad judicial, creo que los escándalos de corrupción que han sacudido al país viviendo de ambos partidos, afectan la imagen del país como destino seguro para inversiones.

En el área fiscal tiene retrocesos, la deuda pública más grande de Centroamérica, el 60% del PIB y si aumenta, generará temores a futuro, porque con una economía dolarizada, la única forma de financiar es mediante impuestos o endeudamiento y continuar contando con la confianza de acreedores externos e internos y llegará un momento en que la deuda llegará a tal tamaño que esa confianza se podrá perder.

Hay una segunda gestión del FMLN, pero aún sin programa para recuperar el crecimiento y tampoco para disminuir la inseguridad ciudadana. ¿No le parece a usted esto un mal comienzo?

Ciertamente hay expectativa sobre rumbo del nuevo gobierno en la política económica del país, más que expectativa, la palabra apropiada es incertidumbre.

Al ser el Presidente Sánchez Cerén el ala dura del FMLN, existe temor de lo que ya de por sí ha sido una actitud hostil con el sector productivo en estos últimos cinco años, todavía recrudezca más esta actitud al sector productivo. Todavía no hemos visto señales de que esto vaya a ser así.

Sin embargo, creo que más que esperar malas noticias, el país se beneficiaría muchísimo de que el gobierno enviara señales positivas de que no atacará al sector productivo, sino que empezará a brindar garantías para que el sector productivo se sienta tranquila y para que la economía crezca de nuevo.

Tenemos la economía con el crecimiento más esclerótico en Centroamérica y el desempeño más anémico en atracción de inversión extranjera y por lo tanto, el status quo tampoco es una opción. El Salvador necesita mejorar su ambiente de negocios y desempeño económico, de otra manera, el país seguirá estancado.

¿Cuáles son esas señales a esperar?

Depende de las expectativas. Si estas son que el gobierno no va a recrudecer su actitud hostil que se mantuvo con el Presidente Funes, en ese sentido, el estatus quo, el hecho de que no se haya presentado mayores propuestas se puede tomar como una señal positiva, ahora bien, si las expectativas son reactivar al sector productivo y la economía, pues hay ciertas señales que podrían brindar esa confianza que muchos sectores están esperando.

Creo que El Salvador necesita políticas económicas radicales, pues el nivel de estancamiento económico que ha alcanzado es bastante delicado. Qué tipo de políticas?, por ejemplo, en el tema tributario buscar una simplificación del sistema. Tiene la posición 165 de 369 países en facilidad de pagar impuestos, en el índice doing business. Ojalá que involucre reducción de tasas impositivas y esto podría estimular al sector productivo e incluso más recursos al Estado.

Es una buena oportunidad para retomar un impuesto de tasa única o flat tax, retomar esta discusión y ver la experiencia de los países bálticos, pequeños como El Salvador que aprovecharon la coyuntura de dificultad fiscal para introducir impuesto de tasa única que les ha resultado beneficioso en materia de atracción de inversión extranjera. El Salvador podría considerar eso y también un esfuerzo decidido en meter al país en la Alianza del Pacífico. Más bien la expectativa es que se acerque más a los países del Alba en este gobierno, pero si el Gobierno quiere enviar una señal de que las cosas van a cambiar y hay actitud positiva hacia el sector privado, pues bueno, debe enviar una señal de que intentará introducir al país en la Alianza del Pacífico que son las economías más dinámicas, abiertas y de vocación de apertura y atracción de inversión extranjera. Creo yo que esas son las señales importantes que el Gobierno podría dar en los próximos meses que en verdad hay cambio de actitud y que se va a reflejar en cambio de políticas.

Sin embargo, lo que se observa son políticas con nuevos impuestos y aumento del gasto corriente. ¿Podría ser efectiva la tasa única en este contexto y alto déficit fiscal?

El problema es que el aumento de impuesto no ha funcionado. Tengo entendido que este es el tercer plan fiscal que se busca en cinco años y no ha servido para diminuir el déficit. El problema de El Salvador no es de ingresos, estos han aumentado en los últimos cinco años en 2 puntos porcentuales como parte del PIB. El problema es el gasto ineficiente concentrado en subsidios, que no mejora la competitividad del país, la calidad del desempeño económico, sino destinados a generar clientelas electorales.

El aumento de impuestos más bien podría ser contraproducente, porque castigan la actividad productiva y una economía que no crece es una economía que genera pocos ingresos fiscales. Si un gobierno quiere sus arcas llenas, entonces necesita una economía boyante, con mucha actividad que se traduzca en altos niveles de recaudación

Un sistema flat tax tiene dos beneficios: la simplificación del sistema que en estos momentos es un reto en el país, hace que la evasión y elusión sea difícil. Se traduce en más recaudación. Segundo, sirve de estímulo al sector productivo y a la economía y genera más ingresos al Fisco. Entonces, en lugar de repetir los errores del pasado, aumentando impuestos que no han resuelto el déficit fiscal, deberían las autoridades ver las naciones exitosas, los ejemplos de países bálticos que aprovechando coyunturas de períodos fiscales aún más graves que las de El Salvador, aprovecharon hacer cambios radicales en sus estructuras tributarias para salir de esas dificultades para estimular sus economías y apuntalar la competitividad de sus naciones.

¿Qué tasas se manejan con un impuesto único?

Un flat tax no necesariamente es un impuesto bajo, por ejemplo, Lituania lo estableció en 33 % y es bastante alto. Depende de lo que las autoridades determinen lo más conveniente. En Irlanda tenía impuesto de renta corporativo por arriba del 40 % y fue bajando hasta tenerlo a 12.5 % y eso ha hecho que sea un imán de atracción de inversión extranjera, y esa ha sido su razón de recuperación. Lo ideal que sea impuesto corporativo bajo, no más de 15 % que apuntale la competitividad y sirva de incentivo para inversión extranjera y nacional.

¿Qué graba el impuesto único?

Es impuesto como el actual que existe en El Salvador, un impuesto de renta corporativo (…) Sería hacer un impuesto de tasa única con pocas excepciones, de tal forma que sea sencillo y simple.

¿Incluye a personas naturales?

También se puede hacer un impuesto único para las personas, para impuesto de renta personal, simplificar el sistema para que no haya evasión. Todo depende la manera en que se diseñe y su tasa.

¿Sugiere tocar el IVA también?

El IVA es eficiente en recaudación. El problema es que si es muy alto favorece la evasión y la economía informal. Yo soy favorable a menos impuestos y no necesariamente implica menos ingresos fiscales, todo lo contrario: reducir tasas tendría efectos positivos, porque disuaden la evasión y fomentan la actividad económica.

¿Deben las empresas a la vez dejar de pedir subsidios para poder crecer?

Yo estoy en contra de subsidios, porque las empresas terminan volviéndose adictas a estas protecciones. Por un lado, los esfuerzos de los empresarios van dirigidos a lograr subsidios que a lograr competitividad e innovación.

La clave para crecer no parte de subsidiar a las empresas, sino brindarles las condiciones de estabilidad impositiva, regulaciones bajas y sencillas, estabilidad macroeconómica, seguridad jurídica, de tal forma que puedan producir y competir. Es importante que haya altos niveles de competencia económica, si usted tiene políticas corporativistas tampoco es el ideal.