Golfo de Fonseca, zona trinacional de desarrollo

El Presidente de Honduras insta a los países vecinos a unirse a las ZEDE, para convertir a la región en la otra Singapur, un proyecto que bien podría arrancar con El Salvador y Nicaragua. Países han firmado acuerdos generales para ello.

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Golfo de Fonseca, zona trinacional de desarrollo

Por Por Guadalupe Trigueros Fabeiro | Infografía Jorge Castillo

2014-06-02 5:30:00

Los presidentes de El Salvador, Honduras y Nicaragua han firmado en dos momentos diferentes (uno en 2007 y otro en 2013) acuerdos para preparar proyectos de desarrollo trinacional apoyados en pilares económicos, políticos, sociales y de soberanía. El más reciente compromiso en seguimiento de lo anterior se realizó el 4 de abril de 2014, entre el Presidente electo Salvador Sánchez Cerén y su homólogo hondureño, Juan Orlando Hernández, quienes firmaron una declaración conjunta en la que coincidieron en ” trabajar por una alianza estratégica para el desarrollo, el comercio y la inversión”, con invitación extensiva a Nicaragua, para que se una al proyecto.

El Presidente Daniel Ortega se alió a la iniciativa y desde entonces, los principales miembros del gabinete económico del Presidente Sánchez Cerén hablan de una Zona de Desarrollo Económico y de Paz que se desarrollará en el Golfo de Fonseca, donde convergen los tres países y a la vez comparten el mismo litigio territorial (la Isla Conejo).

En el año 2007, en el llamado “Acuerdo de Managua”, no se hablaba de zonas de desarrollo sino de promover “proyectos y empresas binacionales o trinacionales, bajo enfoques innovadores, con énfasis en planificación regional y desarrollo sostenible”.

Para entonces, se delegó un grupo de trabajo para elaborar el “Plan de Desarrollo sostenible del Golfo de Fonseca”.

Seis años después, en 2013, los tres países firman una declaración conjunta a raíz de los incidentes territoriales por la Isla Conejo, en el que incluyeron un apartado comercial para “solicitar a la Comunidad Internacional el apoyo y la asesoría para convertir al Golfo de Fonseca en una zona de desarrollo trinacional, estudiando modelos exitosos de administración compartida en situaciones similares al Golfo de Fonseca”.

Por parte de El Salvador, el primer acuerdo fue firmado por el Presidente Elías Antonio Saca, y el segundo, por el exmandatario, Mauricio Funes, en mayo de 2013.

Fue precisamente en 2013 que Honduras reformó la Constitución de la República para crear territorios especiales a la inversión extranjera, bajo el concepto de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), donde las empresas podrán contar a partir de 2016 con un propio régimen jurídico, fiscal y administrativo.

El gobierno del actual Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ejecuta un agresivo plan de divulgación y de caza de inversionistas a nivel internacional. Las ZEDE operarán en 14 ciudades claves del territorio hondureño, incluyendo las fronterizas con El Salvador, entre ellas, el departamento de Valle, con salida al Golfo de Fonseca.

El Presidente Hernández lanzó en marzo una invitación más agresiva. Instó a sus vecinos centroamericanos a formar parte de las ZEDE que operarán en Honduras, para convertir a la región en un bloque competitivo contra la predominancia que Asia tiene en los principales mercados de interés del Istmo.

“Los países de nuestra región pueden convertirse en otra Singapur”, resaltó, al referirse al sistema de regiones de administración especial que en dicho país operan, con sus propias leyes orgánicas para atraer la inversión. Singapur es considerada “la ciudad Estado” y uno de los “tigres asiáticos”, junto a Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán. Es también el tercer país del mundo con mayor renta per capita.

En El Salvador, Franzis Hato Hasbún, quien se mantendrá en el segundo mandato del FMLN como uno de los principales asesores del Presidente Sánchez Cerén, como Secretario de Gobernabilidad, confirmó a Expansión que el gobierno presentará el proyecto sobre la “Zona de Desarrollo Económico y de Paz”, en el transcurso de sus primeros días de gestión, en junio.

Si será similar a las ZEDE de Honduras y si se necesitará que El Salvador reforme la Constitución Política, Hasbún todavía dijo no tenerlo claro.

“No he visto el detalle del planteamiento (…) El principio fundamental es que la zona de Golfo de Fonseca debe ser una zona de paz y desarrollo para los tres países. Ya hay un acuerdo en una de las reuniones del SICA, hay un planteamiento ya hecho, ahora el Presidente Sánchez Cerén lo ha ampliado y lo va a ratificar”, se limitó a revelar.

El Golfo de Fonseca abarca 3,200 km², aproximadamente y en él confluyen tres puertos importantes: La Unión, en El Salvador; San Lorenzo, en Honduras, Potosí y Puerto Morazán, en Nicaragua.

Los departamentos involucrados son La Unión, en El Salvador, Choluteca, de Honduras, y Chinandega, de Nicaragua. Según datos hondureños, la superficie terrestre total es de 13,144 km², de los cuales, el 17 % corresponde a El Salvador, el 45% a Honduras y el 38 % a Nicaragua. La población total es de 1,370,000 personas, el 24 % de las cuales son salvadoreños, y el 37 % nicaragüenses y el 39 % hondureños.

El Presidente Daniel Ortega, tras firmar la declaración conjunta en mayo de 2013, comentó: “Esto, consideramos los presidentes, es el corazón de este acuerdo, porque en la medida en que el Golfo se convierta en una fuerza que genera recursos, riquezas, que desarrollemos inversiones (…), pasa de ser una zona de conflicto a ser una zona de unidad para estas tres naciones”. El lunes próximo, ANEP propondrá al gobierno un plan para crear una zona de desarrollo similar a la de Honduras.

Mirna Liévano de Marques, economista, ex Ministra de Planificación, y actual prosecretaria del BID, considera en su calidad personal que si El Salvador decide recuperar el crecimiento y el desarrollo por medio de una propia zona de desarrollo, puede tener éxito en tal objetivo. “Si el sector privado se ha empeñado en esto, de partida es una cosa buena porque es armonía entre sector publico y privado (…) Si está inspirado en estos principios, puede ser exitoso. Es bueno retomar lo que funciona en la experiencia internacional”, comentó.