La llegada de un gobierno de izquierda no detendrá el robusto plan de inversiones que la empresa Urbánica, Desarrollos Inmobiliarios, inició hace 10 años, cuando construyó el moderno centro comercial La Gran Vía, que hoy se mantiene como uno de los principales iconos comerciales de El Salvador. Después del proyecto comercial, la división inmobiliaria de Dueñas Hermanos Ltda. incursionó en el rubro viviendista y corporativo, con un portafolio de proyectos innovadores para ofrecer a sus clientes diseño, ambientalismo y calidad. Alejandro Dueñas conversó con Expansión sobre lo que esperan de las nuevas autoridades de gobierno y los retos del sector construcción.
Como desarrollador de proyectos inmobiliarios, ¿qué espera del nuevo gobierno del presidente Sánchez Cerén?
Nosotros creemos en El Salvador, seguiremos invirtiendo, y confiamos en que las nuevas autoridades de gobierno y los políticos salvadoreños superen los enfoques ideológicos que tienen y atiendan los problemas principales que tiene este país, como la seguridad jurídica y la seguridad ciudadana, y que además, garanticen la institucionalidad y las reglas claras del juego. Bajo ese enfoque creo que el país puede ofrecer oportunidades para todos.
¿Cree que este será un gobierno de apertura hacia la empresa privada?
Yo le tomo la palabra al presidente Sánchez Cerén y su gabinete sobre la apertura que ellos quieren tener con la empresa privada y los partidos políticos. Creo que son mensajes muy positivos y realmente le queremos apostar a que eso será así, porque el diálogo es importante, aunque hay que tener claro que sacar adelante al país es una tarea que no le compete solo al gobierno… Seguir una agenda de país es un trabajo en conjunto con la empresa privada y todos los sectores.
¿Cuáles son las primeras acciones que deben emprenderse?
Nosotros estamos en un sector de la economía muy dinámico, que es la construcción, el cual juega un papel importante en la actividad económica, a través de la generación de empleo directo e indirecto, los tributos que pagan a la tesorería del gobierno, los salarios, los productos e insumos que se compran para las obras y todas las actividades alrededor del sector. Y como empresarios queremos cumplir con nuestra responsabilidad de seguir generando inversiones y empleos.
En ese sentido, también quisiéramos ver en los siguientes meses un gobierno que realmente estreche esos lazos de comunicación y desarrolle un plan integral para activar la economía del país, brinde la seguridad a nuestros ciudadanos y mantenga al país en un marco de seguridad jurídica transparente, clara y sin sorpresas.
¿Qué pasaría si el gobierno entrante no atiende esas demandas? ¿Se frenarían las inversiones?
Nuestras inversiones son a largo plazo. No creemos que los negocios y las inversiones se tengan que planificar de acuerdo con resultados electorales, por ejemplo, sino más bien a través de una planificación, de un plan maestro de largo plazo.
La industria de la construcción no ha registrado crecimiento en los últimos años, ¿Qué tiene que hacer el gobierno para ayudar en la reactivación del sector?
En este punto creo que hay varios aspectos, por ejemplo: el tema fiscal, al cual hay que prestarle mucha atención porque los inversionistas inmobiliarios buscan tener una visión clara a mediano plazo para ejecutar sus proyectos de infraestructura, comercio, vivienda y otros. El gobierno tiene que enfocarse, por ejemplo, en planes que faciliten a los salvadoreños el acceso a crédito para comprar vivienda.
¿Les afectaría si se aprueban las medidas fiscales que está proponiendo el gobierno?
En este último paquete fiscal -que fue presentado el mes pasado por el Ministerio de Hacienda en la Asamblea Legislativa y ya se encuentra en discusión- hay un componente que tasa las propiedades mobiliarias. Si bien es cierto que a nivel mundial es una ley que puede ser aceptable, creo hay que tener mucho cuidado en su aplicación.
Tal como se entiende actualmente, esa propuesta le da ventaja a propiedades abandonadas porque tasa un porcentaje a propiedades grandes, en donde pueden desarrollarse proyectos productivos, de vivienda y comercio. Me parece que eso es contraproducente porque encarece el desarrollo de proyectos, y eso es algo muy preocupante para el sector y es ejemplo de algo que no se debe hacer.