Agresiva estrategia de Honduras para atraer inversión extranjera

Expertos diseñan las primeras ZEDE que Honduras operará como una especie de enclave, con sus propios régimen fiscal, administrativo, personería jurídica y autonomía funcional. Esperan abrir desde 2016

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elsalvador.com

Por Por Guadalupe Trigueros Fabeiro | Infografía Jorge Castillo

2014-04-21 3:45:00

Los inversionistas y los países vecinos se encuentran a la expectativa de lo que vaya a ocurrir en Honduras dentro de los próximos seis meses. El gobierno hondureño ha montado una maquinaria de asesores, funcionarios, técnicos y expertos liderados por la Agencia de Cooperación de Corea del Sur (Koica) para elaborar la primer Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) que funcionará en la parte sur del territorio, cerca de El Salvador y Nicaragua.

Juristas, constitucionalistas, políticos, economistas, empresarios y gobiernos vecinos siguen con interés lo que desde ya constituye la más agresiva estrategia de atracción de inversiones que se ha registrado en Centroamérica.

Para crearlas, Honduras logró lo más difícil: reformó la Constitución de la República, con los votos de la mayoría de los legisladores. Las ZEDE representa para muchos una medida de alto riesgo que bien puede tener éxito o fracasar, pero hasta el momento, el actual mandatario hondureño, Juan Orlando Hernández, ha liderado todos los avances de la ejecución del proyecto, desde la primer semana que asumió el cargo, el 27 de enero de 2014.

Tres años atrás, el Presidente Hernández, en su calidad de presidente del Congreso Nacional, viajó a Corea del Sur, Singapur y a Kuwait para experimentar sus modelos de desarrollo. Regresó con la firma de un convenio de cooperación con la Koica, para realizar los estudios de prefactibilidad y factibilidad, así como el plan maestro y de promoción de las ZEDE.

Las ZEDE son el proyecto bandera de Hernández mucho antes de que fuera electo Presidente de la República y ahora, lo ha convertido en el producto estrella del conservador Partido Nacional para generar empleos y aumentar la inversión extranjera, a cambio de ceder soberanía y otorgar a los inversionistas altas dosis de garantía jurídica, una atractiva y tentadora oferta que no la tiene el resto de sus competidores, los países centroamericanos.

Las ZEDE son una especie de pequeños países dentro de un gran país. Para el abogado constitucionalista, Francisco Bertrand Galindo, se trata de enclaves, es decir, territorios administrativos rodeados por otro.

Su creación se propició con la reforma de tres artículos básicos de la Constitución de la República de Honduras, el 294, el 303 y el 329, aprobados por 110 de los 128 diputados del Congreso Nacional, el pasado 23 de enero de 2013.

Tienen personería jurídica, régimen fiscal especial, autonomía funcional y administrativa, una especie de “Poder Ejecutivo” llamado “Comité de Buenas Prácticas” que es nombrado por el Presidente de la República de Honduras y ratificado por el Congreso Nacional.

Este Comité ya fue nombrado y es conformado por 21 extranjeros, entre ellos, banqueros, magnates, petroleros, y miembros de tanques de pensamiento. (Ver Pág. 6)

Dicho Comité nombra al secretario Técnico, el funcionario ejecutivo de mayor rango e importancia dentro de cada ZEDE que bien podría considerarse el “Presidente” del enclave, o una especie de alcalde. Es quien gobierna y administra la ZEDE y lo hace sin importar que haya cambios de gobierno en Honduras, bajo su propio nivel de estabilidad jurídica.

Poseen su propio “Poder Judicial” nombrado por el Consejo Nacional de la Judicatura de Honduras. También tienen tribunales autónomos e independientes, su propia policía, organismos de inteligencia y de investigación, persecución penal y sistema penitenciario.

Los residentes e inversionistas que operen dentro de las ZEDE se someterán a las normativa interna, a sus organismos, a la Constitución de Honduras y a la Ley Orgánica. Es de obligatoria aplicación y respeto los tratados laborales o de derechos humanos internacionales y disposiciones de la OIT.

Las ZEDE pueden administrar su presupuesto, crear y manejar tributos, determinar tasas por servicios y no deben ni pueden requerir fondos del gobierno hondureño para sostenerse.

Hasta aquí, las ZEDE no solo se convertirían en una herramienta para generar empleos y aumentar las inversiones, sino que a la vez serán un respiro para el apretado presupuesto del gobierno del Presidente Hernández, quien, en lugar de designar más recursos al fomento del desarrollo durante los próximos cuatro años de su gestión, dejará esta tarea a los gobiernos de las ZEDE.

Suena bien si se considera que Hernández enfrenta un déficit fiscal del 8 % y una deuda interna y externa superior a los $8,000 millones, con una tasa de desempleo de 5.9 % que lo ubica en el octavo país de Latinoamérica con mayor desempleo, según la Cepal.

La otra ganancia será lo que recibirá en moneda por parte de las ZEDE. Estas están obligadas a otorgarle el 12 % de la recaudación fiscal, vía fideicomisos, destinados en partes iguales para proyectos de desarrollo municipal, de infraestructura y fortalecimiento de las fuerzas armadas hondureñas, entre otros establecidos en la Ley Orgánica aprobada.

Primeras ZEDE serán nacionales

En una entrevista con Expansión, el Ministro de Inversión de Honduras, Alden Rivera, confirmó que los estudios para el plan de desarrollo y factibilidad de las ZEDE ha comenzado en la zona sur del país y se llevarán a cabo entre los próximos seis o nueve meses, para continuar con una etapa de promoción agresiva a nivel internacional y regional en 2015, e iniciar las operaciones en 2016.

Los estudios de pre factibilidad y factibilidad que se realizan con la Koica, determinarán las ventajas, desventajas, las ciudades, los tipos de inversión que pueden operar en las mismas, la inversión a emplear y el plan maestro.

Actualmente se contemplan entre 12 y 14 ciudades aptas para convertirse en ZEDE, entre ellas, los departamentos de Valle y Lempira, fronterizos con El Salvador. También habría ZEDE que limitan con Guatemala y Nicaragua, los tres países que compiten con Honduras por atraer inversión.

Si una zona urbana con su propia infraestructura es declarada ZEDE, se reconocerán los títulos de propiedad sobre bienes inmuebles. Mientras, las ZEDE creadas en áreas de baja población serán administradas por éstas en nombre del Estado y el gobierno podrá expropiar previa indemnización a los propietarios de las mismas con un “justiprecio”.

En cambio, si hay propietarios de inmuebles que deseen incorporarlos al régimen de las ZEDE pueden hacerlo con una declaración notarial.

Según el Ministro, se prevé que las primeras ZEDE sean nacionales, y comiencen este 2014, con empresas que ya operan en las zonas francas. “En Honduras hay unas 50 empresas en las zonas francas y podrían ser las primeras beneficiadas… se crearían unos 150,000 empleos”, comentó.

La industria textil y de confección que opera en las zonas francas de Honduras emplean alrededor de 125,000 personas. En 2013 exportaron $3,300 millones (crecimiento de 4.5 %) y se estima que durante 2014 crezcan 5 %.

Por el momento, aseguró el ministro Rivera, ninguna empresa salvadoreña ha confirmado su traslado de operaciones hacia las ZEDE. Panamá y Venezuela han ofrecido apoyo técnico para ayudar a Honduras a desarrollar el proyecto, informó. (Ver pág. 6)

Para el Ministro, Centroamérica podría contar a la vez con sus propias ZEDE, para competir como región frente a Asia, en defensa del mercado estadounidense destino de las exportaciones del istmo. Pero mientras esto sucede y la expectativa en el vecindario aumenta, Honduras comienza a verse como una amenaza potencial porque podría conquistar la inversión que ya opera en estos países.

Trato a la inversión

Daniel Facussé, presidente de la Asociación de Maquileros de Honduras (AHM), ha manifestado que las ZEDE cambiarán el panorama de su país. “Habrá reglas claras, seguridad jurídica protegida por la Constitución y vamos a tener los niveles competitivos más altos”, señaló entusiasta.

Para Facussé, las ZEDE son una garantía a la inversión, porque su normativa está orientada hacia el desarrollo económico.

El impuesto de la renta a personas naturales dentro de las ZEDE no podrá ser superior al 12 % y el de las personas jurídicas no será más de 16 %, mientras el IVA no podrá ser mayor al 5 %. “Son los impuestos más bajos de la región”, detalló Facussé.

Los inversionistas podrán transar bajo políticas de libre comercio y competencia, amparados en el derecho común o anglosajón.

Tampoco tendrán control de cambio, sino libre conversión, libre circulación de capitales, dentro, hacia dentro y hacia afuera. Los mercados de divisas, oro, valores, futuros y mercancías pueden existir en forma libre.

Francisco Bertrand Galindo, abogado constitucionalista, considera que ampararse en el derecho anglosajón es lo más adecuado y seguro para los inversionistas, quienes prefieren este marco por ser más rápido y adecuado a la práctica comercial.

También la flexibilidad monetaria, dijo, es otro factor a favor de la inversión, el cual, a la larga, terminará dolarizando las ZEDE, por ser de curso internacional. Al respecto, los creadores del modelo consideran que hay suficiente flexibilidad para usar la moneda que más les convenga, para operar y para pagar salarios.

Para Aline Flores, presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) y de Fedepricap, que aglutina a las gremiales privadas de la región, las ZEDE diferenciarán a Honduras del resto, frente a los inversionistas, porque ha dejado de ofrecerles mano de obra barata y exoneraciones fiscales, para pasar a otorgarles jurisdicción especial y condiciones similares a las de un país desarrollado.

“Si la razón por la cual alguien no invierte en Honduras es por la percepción de inseguridad jurídica, lo que va a encontrar en la ZEDE es lo opuesto: las mejores prácticas que han permitido a otras sociedades crecer aceleradamente”, recalcó la empresaria.

El Cohep considera que entre 5 y 7 años, Honduras duplicaría el volumen de inversión extranjera que recibe, así como los empleos, los servicios y exportaciones.

Los centros de llamadas, empresas de construcción, de turismo, de manufactura y de servicios médicos podrían ser los primeros rubros de inversión que operarían bajo las normas de las ZEDE, según los gestores del proyecto. Hace dos semanas, el equipo ejecutó una gira de promoción en Europa, con citas dirigidas a tanques de pensamiento, empresarios, congresistas y medios de comunicación. La primera jornada fue en Centroamérica.

A juicio de Bertrand Galindo, las primeras ZEDE serían conformadas por inversiones que pueden salirse rápidamente, en caso de que un evento político cambie el régimen. Considera que en la medida en que el sistema se desarrolle podrán entrar ensambladoras de vehículos o procesadoras de acero o compañías que requieren instalar maquinaria pesada.

“Creo que eso va a ser la segunda ola de inversiones en la medida en que se demuestre el éxito de estas entidades, pero que si va a jalar inversión, tenga la seguridad que sí”, enfatizó.

Carlos Orellana Merlos, economista del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), plantea que las ZEDE son esquemas atractivos porque van más allá de las típicas normativas jurídicas que ofrecen los países.

El Salvador, dijo, podría aspirar a su propia ZEDE, enfocada en un centro logístico y de distribución regional, pero, requiere de inversiones en infraestructura, servicios y disponibilidad de tierra, así como cambios constitucionales, lo cual, agregó “veo bastante difícil en el actual contexto político y social. En todo caso, creo que las acciones prioritarias deberían ser la elaboración de un plan maestro en el que se proponga su desarrollo por etapas.”

Para Manuel Hinds, consultor del Banco Mundial, este es un precedente que podría atraer e incomodar a las empresas de la región, porque si tienen éxito, las compañías en las ZEDE tendrían mejores condiciones que las que operan en el resto del istmo. Por ejemplo, la Ley Orgánica establece que el impuesto de renta no debe ser superior a 16 % y el IVA no puede ser más de 5 %.

Para Hinds, aún quedan muchas cosas por aclarar, entre ellas, si los jueces tienen capacidad para manejar el derecho anglosajón, si los litigios se resolverán en las cortes inglesas, si otro gobierno puede abolir el régimen y si las ZEDE podrían convertirse en sistemas feudales.

Según Bertrand Galindo, los litigios serían resueltos dentro de los tribunales de las ZEDE, pero, lo que no deja claro la Ley es si los jueces deben ser anglosajones. Solo establece que se elegirán a los más capaces.

No obstante, los analistas consultados le dan el beneficio de la duda a Honduras. El Presidente Hernández se encargó de poner dos tipos de blindaje a las ZEDE. Para ser derogadas, modificadas, interpretadas o reformadas se requiere 2/3 de los votos del Congreso y además un plebiscito a los residentes (si superan los 100 mil). Los asesores piensan que sería un suicidio político perjudicar empleos y futuras remesas.