Unidad entre nuevo gobierno y empresa privada pide embajadora Aponte

La embajadora de Estados Unidos en El Salvador, Mari Carmen Aponte, instó al gobierno a "hacer ajustes a la vieja manera de hacer las cosas" en materia fiscal, para reactivar la economía del país. A los políticos, a la nueva administración y a los empresarios los exhortó a hacer sacrificios y esfuerzos compartidos.

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Mari Carmen Aponte, embajadora de Estados Unidos en El Salvador, en su discurso frente a inversionistas, empresarios y políticos convocados por la AMCHAM.

Por Guadalupe Trigueros Fabeiro

2014-04-25 8:00:00

SAN SALVADOR. Mari Carmen Aponte fue más contundente de lo acostumbrado por ella en sus apariciones públicas. Con tono respetuoso, pero enérgico, espetó: “El pueblo salvadoreño necesita líderes que inviertan en el futuro de El Salvador (…) Las soluciones para los problemas reales (…) deben ser balanceadas y construidas en sacrificios y esfuerzos compartidos.”

La embajadora estadounidense dirigió este mensaje frente a los futuros miembros del nuevo Gabinete de Gobierno, pero también a los inversionistas y líderes empresariales que asistieron a la convocatoria mensual de la AMCHAM, esta vez, en el preludio de la transición de cambio de gobierno, siempre a manos del FMLN.

Testigo de los cinco años de disputas altisonantes que caracterizaron las relaciones del gobierno saliente contra la empresa privada, Aponte no dudó en dirigir un segundo llamado: “sin duda habrá baches en el camino. Los desencuentros entre el gobierno y el sector privado pueden darse, se puede caer en malas interpretaciones o leer mal las señales provenientes de cada uno, pero les pido, les ruego tener paciencia para permitir que la tan necesaria confianza eche raíces. Los frutos no se verán de inmediato, pero si mantienen el esfuerzo, están construyendo un El Salvador próspero, a largo plazo”.

Al igual que Aponte, todos los invitados al acto de AMCHAM también eran testigos y sabedores del destinatario directo de la exhortación de la embajadora: la eterna polarización política y la falta de confianza.

Más de un asistente debió recordar, mientras escuchaba a la diplomática, los tensos momentos que se vivieron entre el Presidente Mauricio Funes y los cinco empresarios que integraban en 2012 el consejo empresarial del Asocio para el Crecimiento; Francisco de Sola, Roberto Murray Meza, Ricardo Poma, Juan Carlos Esersky y Francisco Callejas se retiraron en aquel entonces en protesta por la crisis institucional ocasionada por la cuestionada elección de los anteriores magistrados de la Corte Suprema de Justicia, pese a que la Sala de lo Constitucional declaró ilegal el proceso.

Por la misma causa, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) se retiró del Consejo Económico y Social, CES, y calificó dicha acción de “golpe de Estado al Órgano Judicial”.

Ayer, en el desayuno de AMCHAM, se encontraban los mismos actores que vivieron esos momentos, entre ellos, Francisco Callejas y Jorge Daboub (presidente de ANEP). También asistió Aldo Vallejo, vicepresidente de asuntos corporativos de SABMiller, Industrias La Constancia (ILC), compañía que se consideró afectada en 2010 por la reforma tributaria que gravó con un impuesto de $0.09 a la cerveza, mientras se dejó $0.05 al vodka, y $0.0325 al aguardiente. El Fisco dijo esperar recolectar $4.4 millones con esta medida.

Aponte no olvidó al Fisco en su discurso. Los asuntos fiscales, dijo, “son muy complejos y requieren que se hagan ajustes a la vieja manera de hacer las cosas.”

Comparó la economía del país con un barco que ha logrado superar la tormenta de la crisis de 2009, pero que ha quedado con las velas y el mástil débiles y dañados.

Advirtió que cualquier solución técnica que se pretenda implementar para recuperar el crecimiento económico del país no resultará “si no se atiende el reto de reducir la división política”.

Entre los asistentes de la clase política se encontraba Roberto Lorenzana, diputado del FMLN y futuro Secretario Técnico en Casa Presidencial. Recientemente, en un programa televisivo, adelantó que la nueva administración gubernamental no está pensando en elevar los impuestos, sino en mejorar la recaudación.

Para Aponte, “el gobierno debe tomar acciones rápidas y decisivas para revitalizar su economía (…) Si lo hace bien, los problemas fiscales que el país enfrenta se irán solucionando. Las recaudaciones de ingresos por parte del gobierno aumentarán, no debido a nuevos cargos o multas, sino por una mayor recaudación fiscal, gracias a la creación de nuevas empresas y a niveles más altos de productividad.”

Uno de los pasos más importantes para el crecimiento económico, dijo, “es fomentar un clima de negocios fuerte”, con el gobierno y el sector privado trabajando de la mano.

Remontándose implícitamente al ciclo tempestuoso entre el gobierno saliente y el sector privado, la embajadora apeló a construir espíritus de diálogo y presupuestos de buena voluntad, a cambiar actitudes y a ofrecer aperturas.

Luego remarcó: “tampoco se puede avanzar en el diálogo si quienes dialogan carecen de una capacidad básica de sacrificio. Sacrificio que implica renunciar a posiciones, normativas o incluso intereses personales o de grupo en favor del bien común.”

Antes de despedirse de su audiencia, la embajadora hizo una aclaración: “déjenme ser clara, el interés de Estados Unidos es promover la prosperidad y la seguridad para todos los ciudadanos del país (…) encuentren en nosotros un socio (…)”.

Luego, enfatizó que por cada salvadoreño “se deben dejar de lado las diferencias políticas y abrirse a políticas racionales y trabajar juntos para restaurar el crecimiento económico, la seguridad y la prosperidad para todos los habitantes”.

Al concluir, se salió de las líneas de su discurso: “en la vida hay muy pocas cosas que podemos controlar, pero lo que sí podemos controlar de forma absoluta es cómo respondemos a los retos que se nos enfrentan”. Volvió a su discurso y concluyó: “No estoy diciendo que sea fácil. Sólo estoy diciendo que es posible y que está en las manos de todos ustedes.”