Sacyr retoma obras de Canal de Panamá, pero el lío sigue

El Grupo Unidos por el Canal (GUPC) acordaron esta madrugada retomar los trabajos en la vía interoceánica, mientras se resuelven en un plazo de 72 horas varios temas que han atascado las negociaciones, como la conversión en préstamo de la póliza que asegura el proyecto.

descripción de la imagen
La ACP y el consorcio de Sacyr llevan discutiendo ya dos meses sobre quién debe asumir unos sobrecostos de 1.600 millones de dólares, una disputa que ha llevado a parar por falta de liquidez unas obras en las que trabajan 10.000 personas y a retrasar la conclusión del tercer juego de esclusas a fina

Por REUTER

2014-02-20 8:00:00

PANAMÁ. La disputa entre las autoridades panameñas y el consorcio de constructoras encabezado por la española Sacyr en relación a los sobrecostos de la ampliación del Canal de Panamá podría resolverse pronto, después un pacto para retomar las obras tras su interrupción por dos semanas.

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) anunció en la madrugada del jueves el compromiso del Grupo Unidos por el Canal (GUPC) de retomar los trabajos en la vía interoceánica, mientras se resuelven en un plazo de 72 horas varios temas que han atascado las negociaciones, como la conversión en préstamo de la póliza que asegura el proyecto.

“El GUPC continúa las negociaciones para un acuerdo amplio que cumpla con el contrato y la ley aplicables y dote de la financiación para completar el proyecto”, dijo el consorcio por su parte en un escueto comunicado.

Entretanto, la ACP pagará 36,8 millones de dólares al consorcio -también integrado por Salini Impregilo, Jan de Nul y Cusa- tan pronto como las obras se reanuden, una suma que servirá para cancelar pagos y obligaciones con proveedores pendientes desde diciembre.

Uno de los puntos más complejos está siendo cómo convertir en financiación la garantía de 400 millones de dólares de Zurich, que dijo en un comunicado que se encuentra cómoda con la exposición que tiene actualmente al proyecto, limitada gracias a los mecanismos de reaseguros que contempla.

Una fuente con conocimiento del caso dijo a Reuters el jueves que la aseguradora helvética no quiere poner dinero directamente en el proyecto y ha pedido que lo hagan los bancos, que a su vez están pidiendo contragarantías.

La fuente añadió que cada integrante del consorcio es responsable de sus respectivas obligaciones financieras.

En el reparto de riesgos, jugaría un papel el Estado español, que avaló a Sacyr con una contragarantía de 200 millones de dólares cuando el consorcio se adjudicó el faraónico proyecto en el 2009.

El martes, dos fuentes con conocimiento de la situación dijeron a Reuters que el Gobierno español probablemente modificará la contragarantía -suscrita en su momento como seguro para la terminación del proyecto- para que sirva ahora como aval financiero.

En la bolsa madrileña, las acciones de Sacyr llegaron a subir hasta un 4 por ciento por las últimas novedades del otro lado del Atlántico ante la expectativa de una pronta resolución al conflicto.

“Es una noticia positiva para las acciones de Sacyr porque indica mayor probabilidad de un acuerdo definitivo”, dijeron analistas de Espirito Santo en su informe diario para clientes.

La ACP y el consorcio de Sacyr llevan discutiendo ya dos meses sobre quién debe asumir unos sobrecostos de 1.600 millones de dólares, una disputa que ha llevado a parar por falta de liquidez unas obras en las que trabajan 10.000 personas y a retrasar la conclusión del tercer juego de esclusas a finales del 2015.

El conflicto, que amenaza los multimillonarios ingresos por peajes que traerá un Canal ampliado, ha adquirido tintes diplomáticos y mantiene en vilo a numerosas empresas, principalmente estadounidenses, que han invertido en barcos y puertos con vistas al mayor flujo comercial de la ruta que une el océano Pacífico con el Atlántico.La ACP y el consorcio de Sacyr llevan discutiendo ya dos meses sobre quién debe asumir unos sobrecostos de 1.600 millones de dólares, una disputa que ha llevado a parar por falta de liquidez unas obras en las que trabajan 10.000 personas y a retrasar la conclusión del tercer juego de esclusas a finales del 2015.