La discordia por los $18 en la frontera de las eternas filas aduanales

Retrasos en la entrega de la carga, desembolsos obligados y poca coordinación empujan el caos

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El tiempo "muerto" en las fronteras retrasa los diferentes procesos de la industria y el comercio. FOTO EDH / M. HERN??NDEZ

Por Juan José Morales nacional@eldiariodehoy.com

2014-01-09 8:00:00

Después de cuatro horas de espera en el típico calor de la frontera El Amatillo, mantener fríos los contenedores que transportan alimentos perecederos se volvió una compleja tarea para los motoristas que desde Honduras tenían que ingresar a El Salvador, ya que su operación gastó las reservas de diésel para continuar su recorrido y obligó a abastecer las unidades de forma manual.

Este es uno de los varios inconvenientes que ayer, en el paso fronterizo de El Amatillo, vivieron cientos de transportistas, quienes desde la noche del miércoles hicieron colas de 5 kilómetros para los respectivos procesos aduanales, incluido el de revisión “no intrusiva” por el que todo el sector exportador e importador está pagando $18, los cuales son para el asocio Cotecna-Smith, no para el gobierno.

Incluso, en el caso más representativo, muchos decidieron parquear sus unidades y no ingresar a la aduana. La razón: no cancelar el monto con los viáticos que los dueños de los camiones y tráiler destinan a los motoristas.

“Si un país quiere revisar contenedores que lo haga, pero que no cobre. Aunque la carga llegue tarde a San Salvador yo no voy a pagar de mi bolsillo”, manifestó, con un claro descontento, Pedro Orellana, quien esperó casi seis horas del lado hondureño solo para superar la revisión de narcóticos que hace la Policía salvadoreña.

La mayoría de los conductores de vehículos pesados coincidieron en que el sistema de rayos X, en el mejor de los escenarios, tuvo que instalarse sobre la carretera, para “acelerar el proceso” y evitar mayores retrasos y pérdidas.

También se constató que el personal de aduanas le cobra la tarifa a contenedores vacíos, como lo relató Francisco Marroquín, que regresaba de Corinto, Nicaragua, de dejar muebles y camas.

“Me tocó pagar los $18. Pero es ilógico y no tiene sentido, mi contenedor está vacío, no tengo nada que ocultar”, relató, entre frustración y decepción este transportista.

Panamá y Costa Rica implementan estos sistemas, como parte de sus procesos de control, pero no cobran, según dicen los mismos transportistas, que siguen con el desencanto.