El país estará en serios problemas en los próximos meses si no se detiene cuanto antes la creciente deuda externa y el déficit fiscal, que según cifras oficiales, ha crecido 40 % a septiembre 2013 respecto al déficit reportado en 2012.
Las cifras son preocupantes para los economistas de Fusades, pues reconocen que para detener esta espiral de gasto, el próximo gobierno deberá aplicar duras medidas para ordenar las finanzas públicas.
Desde ya auguran que el problema actual será heredado al próximo gobierno pues la actual administración sigue endeudando al país con para pagar el déficit que no ha sido incluido en los presupuestos pasados.
Álvaro Trigueros asegura que este Gobierno se ha endeudado con $1,400 millones en deuda de largo plazo para pagar déficit no incluido en los presupuestos, lo que genera un “vicio” que ya no es sostenible.
En esta cifra se cuentan los $800 millones en bonos que el Gobierno adquirió en 2009 y que tuvo que refinanciar con otra emisión de Letes por la misma cantidad el año pasado, y otros $600 millones que se han usado este año para pagar Letes.
“Ya estamos sembrando los problemas para el próximo año”, dijo el economista.
El próximo gobierno no solo tendrá que considerar aplicar nuevos impuestos, sino que además, deberá contratar nueva deuda para financiar el déficit actual.
El saldo de las Letes debería ser este año solo de $260 millones, pero el Gobierno se ha excedido y estos ya superan los $500 millones.
El gobierno del FMLN tendrá dificultades de pago para cerrar este año por lo que tendrá que buscar financiamiento extra, asegura la economista Carolina Alas de Franco.
Según los datos del Banco Central de Reserva, la deuda del Sector Público No Financiero ya representa el 57.6 % de todo lo que produce el país.
Pedro Argumedo dijo que todo este desorden afecta el crecimiento económico del país pues este produce para pagar deuda y no para crecer.
“Cuando la economía se ordena es cuando más crecemos”, aseguró.
Alas de Franco recordó que el Gobierno se comprometió a seguir un acuerdo de sostenibilidad fiscal cuando colocó los $800 millones en bonos el año pasado, pero achacó que no se han cumplido pues el gasto en bienes y servicios y en remuneraciones ha crecido $139 millones y $104.1 millones, respectivamente.
Los economistas aseguran que este desorden fiscal inicia desde la elaboración del presupuesto, pues se sigue subestimando los gastos y se sobreestiman los ingresos que el gobierno espera recibir. “Hay que resolver el problema desde ahí”, acotó Alas de Franco.