Organismos salvadoreños e internacionales, reconocidos como voces autorizadas, y expertas en telecomunicaciones, manifestaron su preocupación ante las autoridades salvadoreñas por la posible cancelación del proceso de licitación de frecuencias del espectro radioeléctrico, actualmente en suspenso.
Entre estas firmas se cuentan Global System for Mobile Association (GSMA), 4G Américas, la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (AHCIET) y la Cámara Salvadoreña de Telecomunicaciones (Casatel), entre otros.
El espectro radioeléctrico es el insumo indispensable para que las empresas de telecomunicaciones móviles ofrezcan servicios con mejor tecnología y mayor calidad, principalmente en países con alta penetración de servicios móviles, como El Salvador, que cuenta con una penetración del 137%, la segunda más alta de Centroamérica, después de Panamá.
La asignación de espectro, mediante procesos de licitación, permitirá a los operadores de servicios móviles introducir nuevas tecnologías y más productos al mercado, ofrecer mejores servicios y generar una mayor cobertura.
Asimismo, una nueva asignación del espectro, permitirá a la industria de telecomunicaciones impulsar el crecimiento económico, al generar inversiones no solo en el sector de telecomunicaciones, sino en otras industrias cuyo crecimiento se detona con las telecomunicaciones. El crecimiento en la actividad económica promoverá que el Estado reciba un mayor pago de impuestos.
Sin embargo, en El Salvador no ha habido un proceso de licitación de este importante recurso desde 2008, mientras que en Honduras y Nicaragua ya se llevaron a cabo licitaciones para asignación de espectro en 2013 y en Costa Rica y Panamá están en proceso.
Experiencias internacionales en este sentido han demostrado que (no hacer licitaciones en el sector) no mejoran las condiciones de competencia y tienden a dañar en vez de mejorar la situación de los consumidores.
Sobre el tema de una mayor participación en el mercado, el Banco Mundial ha señalado que: “por cada incremento de 10 puntos porcentuales en la penetración de los servicios de banda ancha corresponde un incremento del crecimiento económico de 1.3 puntos porcentuales (Qiang 2009). Este efecto de crecimiento de la banda ancha es significativo, y más fuerte en los países en desarrollo que en los países desarrollados. El impacto puede ser aún más fuerte una vez que la penetración alcance una masa crítica”.
Asimismo, el BID sostiene que “un aumento del 10 % en la penetración de servicios de banda ancha en la región determinaría un incremento medio del 3.2 % del Producto Interior Bruto y un aumento de la productividad de 2.6 puntos porcentuales”.