La incertidumbre se apodera de comerciantes en La Habana

Las autoridades comenzaron a combatir a las "mulas" que llevan artículos desde otros países Desde el año pasado La Habana aumentó significativamente los impuestos aduaneros

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Ahora el régimen cubano pretende dar marcha atrás y cerrar diversos comercios. Foto EDH

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2013-10-20 8:00:00

LA HABANA. Se puede encontrar de todo en el mercado El Curita, una especie de bazar donde se venden relojes, cremas, shampoo, lámparas, pegamentos y todo tipo de zapatos o ropa, incluida la camiseta del Barcelona, uno de los equipos más populares de Europa.

Hace tres años no existían lugares como este en la isla, la de los Castro, habituada a la escasez de productos. Y dentro de tres meses todo podría parecer un espejismo porque las autoridades prohibieron la comercialización de artículos importados al vendedor ambulante de alimentos, ropa, zapatos o artículos de aseo o de uso en el hogar.

“Nunca pensé que iba a pasar esto, estoy desesperada. Estoy que no duermo porque me pregunto, ¿qué va a pasar? ¿cómo voy a hacer?”, expresó Bárbara Pérez, una modista independiente.

El gobierno de Raúl Castro inició lo que describe como una apertura económica importante que permite algunas actividades privadas, aunque asegura que no abandonará el socialismo. Quienes se ganan la vida con negocios en los que invirtieron todos sus ahorros y que dependen de las importaciones piensan que esto es un gran retroceso.

La nueva ley podría obligar a cerrar a algunos negocios y hacer que otros sigan funcionando clandestinamente en una nación con un floreciente mercado negro. En algunos mercados ya aparecieron carteles anunciando liquidaciones.

A Pérez, de 52 años, se le salieron las lágrimas cuando le contó a la AP que el 11 de octubre la citaron en una oficina estatal para notificarle la nueva medida. “Me trataron bien, me leyeron la nueva ley y me hicieron firmar un papel”, explicó y entre sollozos agregó que le dieron hasta el 30 de noviembre para vender la mercancía que tiene. “Después me la pueden decomisar”.

Unos 436,000 cubanos abrieron pequeños negocios privados desde que el gobernante Raúl Castro comenzó en 2010 una política de “reformas”. Eran las primeras reformas en términos económicos en casi medio siglo de vida. Algo inédito.

Además de autorizar estos pequeños negocios, la nueva política legalizó la compra y venta de autos y de vivienda a particulares y que a los cubanos viajar al extranjero sin tener que pedir permiso de salida a las autoridades, como tuvieron que hacer durante varias décadas.

El día de septiembre en que el gobierno anunció la prohibición de vender artículos importados también informó de la aprobación de 18 oficios que los cubanos podrán ejercer de forma independiente y que vienen a sumarse a los cerca de 200 aprobados con las reformas de 2010. Chapistero, herrero y fundidor son algunos de ellos.

Josuan Crespo, flamante gestor de compra y venta de vivienda, otro de los oficios aprobados, se mostró feliz con la medida.

“Los pasos que hubo hasta ahora en lo personal han sido muy positivos”, expresó Crespo, ingeniero en ciencia informática de 28 años, que ahora abrió una oficina en la que ayuda a las personas “a hacer toda la gestión de la compra venta de inmueble, asistencia en trámites legales y dando publicidad para lo que desean comprar o lo que desean vender, tener acceso a los inmuebles que se vende”.

Pérez abrió su negocio hace tres años. “Los primeros 11 días no vendí nada, me decían que la ropa era chea (pasada de moda) y de mala calidad”, contó. Entonces la modista vendió su máquina de coser, un televisor, un refrigerador y los 150 dólares obtenidos los invirtió en ropa que le compró a una persona que la trae de otro país para venderla, dando inicio a una nueva actividad.

Ella y otros muchos comerciantes dependen de los productos traídos desde el exterior por “mulas”, como se denomina a cubanos que viajan afuera y regresan con bolsas repletas de ropa interior, joyas, repuestos para automóviles y electrodomésticos. —AP