BM valora dar más recursos a la región

Ante recesión cree que urgen de fondos más flexibles

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El director en jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre, durante su intervención. Foto EDH/ tomas guevara

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2013-10-09 9:00:00

Los pronósticos pesimistas que algunos economistas y políticos vaticinan para América Latina ante el bajo crecimiento que experimentará este año de solo 2.5 por ciento como media regional, no tendrá el mismo impacto para todos los países según el análisis del director en jefe del Banco Mundial para la región Augusto de la Torre presentado este miércoles en la sede del organismo financiero en Washington.

El economista de este organismo multilateral cree que a diferencia de años anteriores, como la principal contracción que tuvo la economía de la región en la década de los 90, el ciclo actual será bien llevado por algunos países gracias a la robustez de sus sistemas financieros y a la flexibilidad de cambios de sus monedas, en especial para algunas economías del cono sur que están por arriba de la media regional de crecimiento y que han avanzado en procesos de “desdolarización” en sus transacciones.

La tesis de la Torre es que la “desdolarización” de contratos y ahorros en varios países ha mejorado la confianza de sus propias monedas y de ahí la posibilidad de sortear nuevamente bien la eventualidad de una nueva crisis como lo hicieron la mayoría de países latinoamericanos en 2008, cuando Estados Unidos presentó una fuerte contracción de la que todavía no se recupera a cabalidad, y la región no sucumbió.

Algunos países centroamericanos como El Salvador siguen con poco margen de maniobra y por ser economías tan pequeñas no les queda el mismo espacio para hacer frente a la crisis, aunque soporta por el hecho de estar dolarizado. Y según el BM, los menos golpeados en el continente ante la crisis son Colombia, Perú, Chile, Brasil, Argentina y Panamá.

Ante esa situación el economista jefe para la región apela a que organismos como el Banco Mundial y otras instancias multilaterales con sede en Washington estén listos para apoyar de la mejor manera a estos países en la oferta de recursos para poder paliar la baja en el crecimiento, de la que falta diagnosticar el impacto que tendría si Estados Unidos no logra despegar a plenitud, “son países que dependen mucho también de la economía estadounidense porque están muy amarrados con ésta”, explicó de la Torre.

Debate por el dólar

Si bien la apuesta de la “desdolarización” para países que nunca establecieron un régimen formal de esta moneda, pero forjaron las bases económicas acuñadas en el dólar estadounidense, de la Torre dice que la ecuación muestra que la depreciación controlada de sus monedas ayuda a estimular la producción, tanto para exportar como para abastecer sus mercados internos; porque los productos se vuelven más competitivos, siempre y cuando la inflación no se dispare.

Esta nueva variable en la economía regional está condicionada por la solidez de sus sistemas financieros, producto de las reformas estructurales que la mayoría de países hicieron en la década de 1990. “¿Qué es lo que esto significa esto? Que tenemos un instrumental anticíclico más completo y que las depreciaciones de la moneda ya no deben ser vistas como un problema o como una señal de problemas sino que ahora son parte de la solución y del sistema amortiguador con el que Latinoamérica puede absorber los choques externos”, explicó.

Pero para economías que están formalmente dolarizadas como es el caso de El Salvador, el jefe regional del Banco Mundial asegura que se deben encontrar las fortalezas que genera operar con una moneda fuerte, para restar las desventajas como no tener opción para hacer devaluaciones y jugar con la política cambiaria.

“Todo tiene pros y contras, en el momento que un país se dolariza de manera formal como es el caso de El Salvador, eso le da ciertas ventajas: se estabilizan los mercados financieros en gran medida, la tasa de interés se vuelve mucho más baja y tiende a convergir con la tasa de interés internacional, pero al mismo tiempo uno pierde un instrumento de política macroeconómica; ese instrumento que se pierde con la dolarización tiene que compensarse con la construcción de otros instrumentos que te permitan absorber choques” dijo el economista a El Diario de Hoy.

En seguida agrega que los países con economías dolarizadas como Ecuador y Panamá, “se vuelve tremendamente importante desarrollar una política fiscal más flexible que compense la ausencia de flexibilidad en el lado monetario”.

Las tasas de crecimiento en la región han mostrado una baja sustancial, desde un despunte que tuvo en 2010 con 6 %, empezó una caída sostenida de 3 % en 2012 y para este año cerrará con un ajustado 2.5 %.