Fespad: subsidio del gas es ineficiente e improvisado

"Cambios" en la entrega, lo que más incomoda

descripción de la imagen
Los salvadoreños, beneficiarios del subsidio del gas propano, son los que se han llevado la peor parte con las constantes modificaciones hechas por el gobierno salvadoreño. En dos años del sistema se han realizado cuatro modificaciones. foto edh / archivo

Por Guadalupe Hernández nacional@eldiariodehoy.com

2013-09-14 9:00:00

El mecanismo del subsidio del gas propano implementado por el gobierno salvadoreño es improvisado, ineficiente y ha generado distorsión y malestar en la población, afirma un estudio realizado por la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad).

El trabajo, denominado medida correcta, método equivocado, sostiene que el gobierno adoptó la decisión del subsidio presionado por organismos financieros internacionales que condicionaron los préstamos que otorgan al país, a cambio de disminuir el déficit fiscal, provocado por que el Estado gasta más de lo que recauda en impuestos y otros ingresos.

Juan José Ortiz, consultor de Fespad, quien elaboró el estudio, aseguró que el condicionamiento de los organismos financieros internacionales, incluyó la disminución de gastos orientados a subvenciones de servicios básicos como el agua, energía, transporte de buses y gas propano.

Esa presión internacional provocó que, en el caso del gas propano, el gobierno lanzara el sistema de focalización de forma improvisada, convirtiéndose así en una estrategia política y no en una orientada al interés público.

“Las constantes modificaciones ponen al descubierto que no había una estrategia de implementación clara. Por eso les ha tocado ir corrigiendo la plana en el camino”, afirmó.

Por eso, en estos dos años de implementación el gobierno se ha limitado a implementar acciones tendientes a mejora del mecanismo de pago, pero al final solo ha provocado más descontento y hasta desorden, como el que ocurrió en el Centro de Atención por Demanda (Cenade), en Lourdes Colón, en agosto pasado, cuando miles de habitantes de los municipios de Ciudad Arce y San Juan Opico, llegaron a reclamar porque no podrían cobrar la subvención. El Minec culpó a una distribuidora eléctrica por el error, pero ellos los resarcieron.

Las molestias de la población por los frecuentes cambios ha sido la principal queja que han enfrentado los empleados de los Cenades.

En la actualidad, la medida beneficia a 1.3 millones de hogares salvadoreños, pero sigue generando malestar porque muchas personas siguen quedando fuera del beneficio, particularmente aquellas que no son propietarias de vivienda, sino que alquilan el inmueble. Incluso otras que son de clase media y alta lo están recibiendo.

La última modificación anunciada por el gobierno es el cobro del subsidio por medio de una “tarjeta solidaria” que entrará en vigencia el 1 de enero de 2014.

El cobro se hará en tiendas adscritas al programa gubernamental, y con las cuales desde julio pasado se puso en marcha una prueba piloto, que permite a los beneficiados comprar los cilindros de gas únicamente con el Documento Único de Identidad (DUI).

Según el consultor, si bien este nuevo método de entrega cumple con las características de estabilidad y adaptabilidad, no tiene ningún sustento técnico, pues no se aprovechó para revisar y depurar la base de datos de los beneficiarios, por lo que muchas personas continuarán recibiendo el subsidio sin necesitarlo.

En su opinión, tampoco era necesario gastar en la emisión de las tarjetas, pues el cobro bien se hubiera podido seguir haciendo con solo mostrar DUI.

Uno de los fuertes señalamientos que hace Fespad es que a pesar que el mecanismo ha generado un supuesto ahorro por el orden de los $90 millones en los dos años de implementación; sin embargo, el Ministerio de Economía, nunca ha revelado en qué invirtió ese ahorro. Además resulta contradictorio que se acuda al Ministerio de Hacienda a pedir reorientaciones de fondos internacionales vía Asamblea. En total este año recibió $52 millones porque no había dinero para el pago de la subvención.

En la medida que se desconoce el destino final de los $90 millones de ahorro en dos años y si este ha sido reinvertido o no en la focalización, así como el hecho de tener que estar recurriendo a la Asamblea Legislativa para reorientar fondos que la hagan sostenible.

Por lo tanto, la focalización no cumple con la características primordiales: ser eficiente, eficaz y efectivo.

Lo más razonable sería que ese ahorro se destinara para que el mecanismo se vuelva autosostenible. “Esa es una de las argumentaciones de porqué creemos que el método sigue siendo equivocado porque no ha logrado garantizar la autosostenibilidad”, dijo Ortiz.

Fespad no solo hace señalamientos, sino también propuestas como parte de la sociedad civil, pues considera que el criterio utilizado para la focalización (los hogares deben consumir menos 200 kw en la factura de energía eléctrica) si bien es válido, no es suficiente.

Según Fespad también se pudo haber tomado como criterio el consumo de agua potable, de telefonía fija o celular incluso, ya que son servicios cuyo consumos son sujetos de medición y reflejan el gasto promedio de una familia, por lo que hubieran sido un indicador más real de la economía familiar a la hora de focalizar.

El organismo no gubernamental plantea que en el país hay 10 bases de datos de instituciones gubernamentales y privadas, que hubieran ayudado al gobierno a realizar un proceso más eficiente y justo. (Ver recuadro).

Pese a los desaciertos, Fespad también reconoció que entre los aspectos positivos del actual sistema es que el subsidio se entrega al beneficiado y que además se ha logrado erradicar el contrabando de gas que era notorio en las fronteras de El Salvador con Guatemala, Honduras y Nicaragua.