“El Salvador tiene todo el potencial para crear sus propias franquicias”

Existen más de 20 conceptos de empresas salvadoreñas que pueden llegar a tener formato de franquicia, según Gallástegui

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Las franquicias son una herramienta de crecimiento que a nivel mundial funciona. Pizza Hut como línea de negocios de KFC es una de las franquicias más exitosas del país. foto edh / archivo

Por Amanda Rodas negocios@eldiariodehoy.com

2013-09-16 8:00:00

“Hoy por hoy en El Salvador no existe ninguna franquicia que sea salvadoreña, pero sí hay extranjeras, en su mayoría estadounidenses”.

Con esas declaraciones, Juan Manuel Gallástegui, presidente de Gallástegui Armella Franquicias, caracteriza al país, el cual durante estos años se ha hecho receptor de franquicias, pero no creador de las mismas, por lo que señala que ya es tiempo de que El Salvador empiece a construirlas, ya que cuenta con el potencial para ello.

“En este país existen más de 20 conceptos que pueden transformarse en franquicias. Nosotros ya nos hemos acercado a esos empresarios dueños de esos conceptos. No podemos darle nombres por el momento, pero sí adelantarles que se les ve el interés y la fuerza por desarrollarse a ese nivel de negocios”, dijo.

Las franquicias son una forma de madurar el negocio, de hacerlos crecer y de aportar a la economía de un país. El Salvador, apunta, cuenta con muchas empresas de comercio y servicios que pueden llegar a ser exitosas en todo el mundo a través de una franquicia.

“Estoy seguro de que El Salvador está llamado a ser el líder en Centroamérica en origen de franquicias. Cuando suceda las puertas se abrirán en todos los mercados que deseen comercializar su servicios o productos”, dijo.

Gallástegui explicó que las franquicias son una modalidad comercial que gana terreno en el mundo.

Este formato de negocios consiste en que una persona jurídica (el franquiciante) concede a otra persona natural o jurídica (el franquiciatario) el derecho a usar por un tiempo determinado una marca comercial, así como parte de la propiedad intelectual y su logística de operaciones comerciales.

Mediante el contrato que ambas partes establecen, el franquiciante se obliga a transmitirle al franquiciatario todos los conocimientos necesarios para que éste pueda comercializar los bienes y servicios que se ofrecen. Además le traslada los procedimientos y prácticas administrativas para el buen funcionamiento del establecimiento.

Sandra Cabezas, “partner” de Gallástegui Armella Franquicias El Salvador, explicó que un negocio que decide ser franquicia cambia de nivel y puede llegar a duplicar sus ganancias, ofrecer más empleos y hacer crecer la economía del país. “Es lo que deseamos traer a El Salvador”, dijo.

A nivel de Latinoamérica

Según Gallástegui, a nivel latinoamericano, México y Brasil ocupan los primeros lugares en creaciones de franquicias.

En México, por ejemplo, hace 23 años las franquicias no existían, ahora hay más de 1,500 franquicias, lo cual ha generado más de mil empleos y contribuye con sus ventas al 6 % del Producto Interno Bruto. “Los estudios han indicado que de cada peso que los mexicanos gastan, 20 centavos es en franquicias”, agregó.

En ese mismo país, contó, “Hace 20 años Sushito sólo era un sueño de un exempleado de una compañía estatal dedicada a la pesca y que por razones de trabajo iba mucho a Japón. Sushito no se conocía en la región; ahora tiene una empresa con más de 150 puntos de venta y posicionamiento de marca. Esto le puede pasar a los empresarios salvadoreños”, concluyó.