Para alcanzar el desarrollo económico y social que beneficie a todos los salvadoreños, El Salvador debe apostar por una estrategia de crecimiento de largo plazo, aseguró ayer Álvaro Trigueros, director del departamento de Estudios Económico de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
La ruta del crecimiento debe estar trazada para los próximos 30 años, en los que se tenga como meta un crecimiento económico del 5 % anual.
Eso permitiría pasar de un PIB per cápita de $3,800 millones en 2012, a $16,500 millones en 2040, pero creciendo a tasas del 5 %.
Lo anterior significa adquirir un compromiso de país, es decir, que los próximos seis gobernantes deberían de implementar una única estrategia de crecimiento. “Es difícil que la economía de un país crezca, si cada cinco años se está cambiando su estrategia… Vivimos en un país democrático, y por lo tanto habrá alternancia (política) a lo largo de estos 30 años, pero no es posible que cambiemos de estrategia cada vez que haya una alternancia, debemos de llegar a un acuerdo de Nación”, afirmó.
El tanque de pensamiento sostiene que el crecimiento debe estar basado en cinco elementos, basado en el resultado de un informe que realizó hace varios años la Comisión para el Crecimiento y el Desarrollo, conformada por 19 personalidades y dos premios Nobel en Economía. Los países que adoptaron las recomendaciones (ver recuadro), han tenido resultados exitosos.
Ese crecimiento del 5 % anual debe estar enfocado además, en una estrategia de crecimiento abierta al mundo, porque la economía salvadoreña es muy pequeña, y no se debe concentrar solo en el territorio. “Se le debe sacar provecho a la globalización. Ese es el desafío que se tiene como país”, afirmó.
Fusades considera que encaminándose a una estrategia de crecimiento de largo plazo se puede superar la debilidad económica que ha tenido el país en los últimos años, que no pasa de crecer 2 % anual.
Trigueros recordó que a mayores tasas de crecimiento económico, hay mayores niveles de inversión y de empleo.
Y además, el mismo gobierno podría invertir más en las políticas sociales, concluyó.