A las empresas navieras y a los sindicatos portuarios no les ha caído en gracia la pretensión de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) de convertir el Puerto de La Unión en una terminal marítima especializada en el manejo de contenedores, y el de Acajutla en uno de graneles, unos porque ven mayores costos de operación y a otros porque les asusta el fantasma del desempleo.
Las autoridades de CEPA, creen que por lo menos una parte de la carga del puerto de Acajutla debería trasladarse al de La Unión, para que le sea viable a las operadoras y se animen a llegar al país.
Actualmente Acajutla concentra la mayor cantidad de contenedores que llegan a la nación. Según cifras oficiales, Acajutla maneja unos 160 mil TEUS (contenedores de 20 pies).
Sin embargo, la distancia entre el muelle y el patio donde se descargan los contenedores es de 1.2 kilómetros, lo que dificulta la movilidad de la carga. En La Unión, CEPA ofrece una descarga inmediata por la cercanía que tiene el patio con el frente de atraque.
Las autoridades de CEPA planean invertir unos $28 millones en el Puerto de Acajutla, pero creen que lo mejor sería que La Unión se quede manejando contenedores y Acajutla solo graneles.
La modernización que está haciendo Puerto Quetzal, en Guatemala, también está acelerando esa idea debido a que esa terminal marítima sí está especializada en contenedores, por lo cual CEPA cree que el país corre riesgo de que Puerto Quetzal se quede con todo el manejo de contenedores.
Pero a CEPA no le ha resultado fácil discutir este tema con los principales afectados, pues está en juego el futuro de los empleados del Puerto Acajutla que, desde el sindicato, se han opuesto al cambio y temen perder sus empleos.
La autónoma aún dialoga con ellos para buscar una solución al problema; mientras tanto, está tratando de convencer a las empresas salvadoreñas que necesitan sus contenedores en la capital, que cuando el puerto esté capacitado para recibir buques de mayor calado, sus costos se reducirán significativamente y mucho más, si en dado caso Puerto Quetzal se quedara con el manejo de esta carga.
Sin embargo, dicha propuesta no es avalada por la Asociación de Representantes de Empresas Navieras y Empresas Portuarias (Arenep), pues sostiene que para ello el Puerto La Unión debería de brindar condiciones mucho más competitivas, en término de operaciones y servicios, que los ofrecidos por Acajutla.
De hecho, en un reciente campo pagado, Arenep sostiene que las compañías marítimas, aún están a la espera de conocer las ofertas y escenarios probables para tomar la decisión de trasladar o no sus operaciones de Acajutla al Puerto La Unión.
“Desafortunadamente, existen muchos escenarios y, según entendemos, los operadores portuarios no están muy interesados en ponerse a competir con el Puerto de Acajutla, pues eso representa un reto grande y las navieras van a preferir Acajutla por la cercanía”, afirmó Omar Ramírez, de Arenep.
Algunas navieras consideran que movilizarse hasta La Unión les significaría un aumento en el costo de transporte terrestre interno, aseguró Ramírez, lo cual se traduciría en incrementos en los fletes a los importadores y exportadores, y eso generaría, para el consumidor final, un encarecimiento en el precio de los productos.
En su opinión, los importadores y exportadores estarán dispuestos a pagar más por flete, solo si realmente existen las condiciones adecuadas para trabajar en La Unión.
A pesar de todo reconoció la necesidad que tiene El Salvador de contar con un sistema portuario eficiente para competir con los otros países de la región, cuyos gobiernos están invirtiendo en grandes proyectos de infraestructura.