Las microfinancieras de Asomi colocaron $120 millones durante el 2012

La mayoría de los créditos fueron para actividades productivas

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El 54 % de la cartera de clientes de las microfinancieras de Asomi pertenece al sector comercio. foto edh / ARCHIVO

Por Guadalupe Hernández negocios@eldiariodehoy.com

2013-08-18 8:00:00

“¿Quiere abrir un pequeño negocio o expandir el que ya tiene pero no es sujeto de crédito? No se preocupe nosotros le prestamos”, ese es el mensaje -casi en sintonía- de más de 200 instituciones que operan en el rubro de las microfinanzas en El Salvador.

La Asociación de Organizaciones de Microfinanzas (Asomi) aseguró que sólo en el 2012 colocó más de $120 millones.

En el 2011 Asomi había colocado $115 millones, y el número de clientes creció de 81,562 a 87,349, en dicho periodo.

Roxana Durán, directora ejecutiva de la Asociación de Organizaciones Microfinancieras (Asomi), dijo que la importancia del sector radica en que la mayoría de microempresas son lideradas por mujeres. “Es por ello, que las microfinanzas han pasado a convertirse en las finanzas para el desarrollo, ya que se impulsa el crédito con el acompañamiento de otras iniciativas como asesoría técnica en sus diferentes áreas productivas y condiciones de créditos diferentes a las tradicionales”, afirmó.

Lo cierto es que la banca de desarrollo se ha convertido en la solución financiera para miles de comerciantes, que no han logrado acceder a créditos en el sistema financiero formal.

Es la mano amiga, como dice Anita Osorio, quien hace 20 años decidió tocar las puertas de la Asociación de Fomento Integral Comunitaria (Finca de El Salvador), para que le prestaran 200 colones -ahora $22.85-, que utilizó para comprar una máquina de coser de pedal. Hoy día es propietaria de un pequeño taller de costura con tres máquinas industriales. “Llevo veinte años de ser clienta de Finca que siempre me ha apoyado gracias a mi puntualidad en los pagos”, dijo la pequeña empresaria.

El sector microfinanciero es un pujante sector que se calcula que movió una cartera de $1,388.3 millones en microcréditos durante el 2012, y que registró un crecimiento del 9.6 %, en comparación al año previo, según datos oficiales reflejados en la revista Microenfoque.

Pero, Jorge Ernesto Peña, de la Asociación Salvadoreña de Extensionistas Empresariales del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae-Asei), asegura que el crecimiento del microcrédito podría ser un poco mayor, pues rondaría entre el 14 % al 16%.

Las instituciones microfinancieras que se amparan en distintas personerías jurídicas, como sociedades de ahorro y crédito, cajas de crédito, cooperativas, fundaciones y federaciones, entre otros, le apuestan al crédito productivo para capital de trabajo, compra de activos (refrigeradoras, freezers, muebles, planchas y cocinas, entre otros) y hasta al pago de impuestos.

Sin embargo, en la actualidad, la innovación y diversificación los ha llevado a ofrecer créditos en diferentes segmentos, tales como el agrícola, consumo, compra de vehículos y vivienda.

Rutilio García, coordinador de la revista Microenfoque de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), considera que el aporte de estas instituciones a la economía del país es muy importante porque atiende las necesidades financieras del sector base del país, que son las microempresas, y que la banca tradicional no atiende con prontitud.

Las microfinancieras de Asomi también han logrado diversificarse incursionando en áreas como microseguros (de vida y de daños) y micropensiones, proyectos que se han lanzado como pilotos a nivel regional. Orientados a mejorar las condiciones de vida de los clientes, pues los microempresarios no tienen acceso a esos servicios. En el mercado salvadoreño se esperaría atender 45 mil clientes.

La idea es realizar alianzas con las aseguradoras que operan en el país para poder ofrecer los microseguros. El proyecto iniciará en forma simultánea en toda Centroamérica en noviembre próximo y serán 23 instituciones las que ofrecerán ese servicio. El programa de micropensiones ha iniciado en algunos países de la región, pero según Asomi, en nuestro país aún no se puede ejecutar porque el marco jurídico no lo permite.