Un millonario al frente de Paraguay tiene en vilo a su partido

Formó un gabinete técnico con gente ajena al partido, lo que encendió señales de alarma entre los políticos. Dueño de una de las fortunas más grandes del país, inició su carrera política hace apenas cuatro años y sorprendió durante la campaña al asegurar que se dispararía en los testículos si su único hijo varón decide contraer matrimonio con otro hombre.

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Horacio Cartes, presidente electo de Paraguay.

Por Reuters

2013-08-15 8:00:00

ASUNCIÓN. Horacio Cartes condujo el retorno del Partido Colorado al poder cinco años después de una derrota que marcó el fin de una era en la política de Paraguay.

La incógnita es si el mismo partido que lo llevó a la presidencia lo dejará avanzar en las reformas propuestas, que incluyen poner en orden la caótica estructura burocrática dominada desde siempre por los colorados.

“No estoy en política para cuidar una carrera ni enriquecer un patrimonio económico (…) no llegamos al Gobierno para prolongar los fracasos, menos aún para seguir defraudando las expectativas”, dijo Cartes este jueves en sus primeras palabras como presidente.

Cuatro meses después de haber ganado las elecciones con un 46 por ciento de los votos, Cartes juró como mandatario en uno de los países más desiguales de Sudamérica con la promesa de generar puestos de trabajo para reducir la pobreza.

Dueño de una de las fortunas más grandes del país, inició su carrera política hace apenas cuatro años, cuando la agrupación que representa intentaba levantar cabeza tras haber quedado fuera del Gobierno por primera vez en seis décadas, un hito para el país de América Latina.

En tiempo récord, el empresario con intereses en el sector financiero, tabacalero y ganadero, se afilió al partido, conquistó el apoyo de sus principales líderes para modificar los estatutos que impedían su candidatura y ganó fácilmente la elección interna que lo convirtió en presidenciable en pocos meses.

Antes, ni siquiera había votado.

Los colorados, que ganaron 12 de 17 gobiernos departamentales, tendrán mayoría en la Cámara de Diputados y Cartes llegó a un acuerdo con la oposición para la aprobación de proyectos clave en el Senado, lo que aseguraría la gobernabilidad.

Paralelamente, formó un gabinete técnico con gente ajena al partido, lo que encendió señales de alarma entre los líderes de la agrupación. Los analistas se preguntan si podrá soportar las presiones futuras para eventuales cambios.

“Quiero que sepan que sé lo que digo, sé lo que hago y sé a dónde voy a llevar al Paraguay”, dijo el flamante mandatario semanas atrás a un grupo de ganaderos, en medio de una polémica por la aprobación de un impuesto que afecta a los productores agropecuarios.

“Venimos con mucha coherencia, con mucha seriedad, y hoy nosotros del sector privado debemos asumir nuestras responsabilidades y nuestros compromisos”, agregó hablando como un empresario más.

Su llegada a la agrupación derechista años atrás no estuvo exenta de resistencias y desde entonces sus propios camaradas le reclamaron que aclarara el origen de su fortuna y explicara las denuncias que lo vinculaban al lavado de dinero y tráfico de drogas.

Cartes, que desarrolló su agenda como presidente electo en su apoteósica mansión recién construida situada en una de las principales avenidas de Asunción, siempre rechazó las denuncias y dijo que serían recordadas como simples anécdotas de campaña.

Padre de tres hijos, sorprendió durante la campaña al asegurar que se dispararía en los testículos si su único hijo varón decide contraer matrimonio con otro hombre, unas declaraciones que generaron tal revuelo que lo obligaron a pedir posteriormente disculpas.

VENDEDOR DE REPUESTOS

Cartes nació en Asunción y se educó en tres conocidos colegios de la capital. Siendo un adolescente, gerenciaba la importación de repuestos para las aeronaves Cessna que su padre representaba en el país.

En Estados Unidos cursó una carrera técnica sobre motores de aviación y a su regreso se inició en el mundo de los negocios, primero en el rubro financiero y luego produciendo y comercializando tabaco.

Antes de ser electo era accionista mayoritario en unas 25 empresas que incluyen a la principal productora y procesadora de cigarrillos de Paraguay, un banco, una fábrica de bebidas gaseosas y establecimientos ganaderos dedicados a la exportación de carne vacuna.

El grupo que dirige produce bebidas en Estados Unidos, país al que también exporta cigarrillos.

Pero su exitosa carrera contrasta con las numerosas denuncias que recibió sobre presuntas actividades ilícitas de sus empresas. De todas fue sobreseído.

El empresario quedó libre de cargo en tres instancias de un proceso judicial por evasión de divisas iniciado durante la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989) cuando estaba al frente de una casa de cambios.

Estuvo prófugo unos cuatro años y tras la caída de Stroessner se presentó ante la justicia que lo mantuvo detenido por cerca de tres meses.

“Fuimos acusados y se detonó la bomba para preservar a mucha gente. Los que conseguíamos los dólares preferenciales no éramos nosotros (…) quienes conseguían las divisas estaban en el entorno de Stroessner”, explicó Cartes a una radio.

Otras denuncias refieren a un proceso abierto por la justicia federal de Brasil por un presunto envío ilegal de remesas desde el vecino país al Banco Amambay en el 2004, según el sitio de internet del movimiento Honor Colorado. Sus abogados dijeron que nunca fue procesado por este caso.

El año pasado, Cartes se vio obligado a aclarar que no estaba involucrado en delitos vinculados al narcotráfico, cuando su propio partido le exigió deslindar responsabilidades tras unas declaraciones del presidente uruguayo José Mujica sobre la influencia del ‘narcocoloradismo’ en la política paraguaya.

Un año antes, un cable de la organización WikiLeaks daba cuenta de una operación regional para investigar actividades ilegales que incluía a sus empresas, algo que también rechazó.

Horacio Cartes, presidente electo de Paraguay.