Rediseño de El Chaparral modificará el actual embalse

Los lugareños de las comunidades aledañas afirman que se generarán mayores inundaciones

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La zona de caja de máquinas y de turbina no experimenta ningún avance desde hace tres años, a pesar de que la demanda de energía eléctrica en el país crece un 6% anual. FOTOS EDH / MARLON HERN??NDEZ

Por Juan José Morales negocios@eldiariodehoy.com

2013-08-19 8:00:00

En el cantón La Orilla, del municipio de Carolina, el calor del oriente del país no es tan sofocante como la incertidumbre de un proyecto que no muestra avances significativos, solo un hueco vacío que espera sin certeza por una turbina que debería de generar electricidad para más de 200,000 hogares salvadoreños. 

Pero esto, para la comunidad fronteriza de aproximadamente 3,000 personas, es poco importante; trasciende la incertidumbre de un embalse que podría dejarlos sin hogar y sin sus fuentes de ingresos, con el agravante de los $220 millones que le ha costado al gobierno una infraestructura que con el paso del tiempo se oxida y devalúa.

Cuando se llega al río Torola hay un punto donde de un lado de la ribera es El Salvador y del otro Honduras. Ese lugar es El Chaparral, la joya de la corona que la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) mantiene en secreto desde hace tres años porque decidió indemnizar a la constructora italiana Astaldi con $108.5 millones debido a que una ‘falla geológica en el margen derecho de la montaña’ cambió las condiciones de la zona, detalle que se desconoce si fue o no incluido en el primer diseño que entregó la firma brasileña de ingeniería Intertechne, documento con el que se inició la construcción de la central.

Al conversar con los lugareños, ellos retoman el conocimiento que poseen sobre el lugar y tienen claro que nunca existió una falla de ese tipo. Incluso dicen que el terreno no es el adecuado para una obra de dicha magnitud y lo que debilitó esa parte de la cordillera fue el exceso de dinamita y de otros materiales que se usaron para ampliar el lecho fluvial del Torola, más las lluvias de las tormentas Agatha y Alex, entre mayo y junio de 2010.

Pero además, líderes locales como Daniel Nolasco confirman que hay un temor generalizado en las comunidades La Orilla, La Ceibita, El Jocote, y El Cerrito, porque consideran que el nuevo diseño — que también prepara Intertechne a un costo de $5.7 millones — obligará a mover el embalse aguas arriba, dada la adversidad de condiciones y el aun evidente deterioro en el plantel y la montaña, según comprobó El Diario de Hoy en una visita reciente al lugar.

“En invierno el Torola es un río bastante caudaloso y con el embalse más arriba (del río) hay mayor riesgo para nuestras comunidades por lo cercano que estará la obra”, reflexionó.

En este punto se le preguntó a Nelson Villegas, ingeniero de CEL que trabaja en el lugar, si hay planes para cambiar el dique y si sabe de los problemas que enfrentarían las comunidades, pero se limitó a expresar que solo puede dar la información el gerente de producción de la institución, Rodolfo Cáceres o, en su defecto, el presidente de la autónoma, Leopoldo Samour.

“Para tener acceso a esa información hay que recurrir a los canales oficiales o hacer una solicitud formal”, fue la escueta respuesta del especialista.

También se le cuestionó sobre el rediseño que CEL le ha encargado a Intertechne. Villegas confirmó que se están haciendo ‘algunos estudios’ para ver las condiciones geológicas, geotécnicas e hidrogeológicas, sin entrar en detalles.

Dentro del plantel — protegido por un grupo de casi 20 agentes de la Compañía Salvadoreña de Seguridad (Cosase) — se pudo verificar a varios grupos de técnicos de la firma Rodio-Swissboring (de capital mexicano y francés) realizando inspecciones. 

Esta empresa de ingenieros fue subcontratada con anterioridad por la salvadoreña Monelca y trabajó con Intertechne el primer diseño, entregado a finales de mayo de 2006 y descartado cuando la central hidroeléctrica solo presentaba un avance de un 25%, según detallan documentos consultados.

CEL ya presentó estudios

San Luis la Reina es otro de los municipios que se relaciona de forma directa con el proyecto. Es un pueblo con vocación agrícola y ganadera donde el tiempo pasa lento y sin prisas.

En la alcaldía municipal de dicha localidad la pequeña oficina de impacto ambiental recibió el 13 de diciembre de 2012 un nuevo estudio ambiental sobre El Chaparral, realizado por la empresa salvadoreña especializada Eco Ingenieros.

Miguel Portillo, encargado de la unidad, afirmó que en el informe CEL presenta un anexo donde indica otros lugares para la posible continuación de la construcción de la presa, a la espera de que en octubre Intertechne entregue el rediseño.

“Nosotros por el momento no hemos emitido objeciones. Pero tampoco queremos que la obra vaya a afectar a las comunidades y a complicar sus terrenos”, indicó.

Portillo agregó que El Chaparral ha sido un tema desgastante para la comuna porque en varias ocasiones CEL hasta negó permisos para ingresar a la zona del proyecto a verificar tala de árboles y retirar material pétreo, el cual iba a ser utilizado por la municipalidad para mejorar algunas vías de acceso de los caseríos o cantones. “No tengo reportes de que CEL tenga deudas con la institución en relación a permisos de construcción. Pero a veces se retrasan en pagar tasas municipales y otros impuestos”, dijo.

Se debe recordar que CEL tuvo problemas en relación con la compra, venta y traspaso de las propiedades de los terrenos aledaños y que esta, como toda la información relacionada con el proyecto no pueden ser otorgadas por la Oficina de Información y Respuesta de la institución hasta los años 2019 y 2020, indican las declaraciones activas del Índice de Información Reservada.

Mientras tanto, a la fecha CEL desarrolla el proceso de precalificación de las empresas interesadas en la construcción de la central, a pesar de que el diseño, el embalse y el retraso en la generación de energía para el país siguen en el limbo.