La última jornada de conferencias de la semana dedicada a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) estuvo dedicada a dar a conocer iniciativas empresariales que promueven el desarrollo educativo en El Salvador.
Como el caso de Supérate, programa que se encarga de trabajar con jóvenes cuyas vidas se desarrollan en entornos poco favorables, acechados por problema sociales como el desempleo, la delincuencia y la desintegración familiar.
Supérate ha beneficiado alrededor de 1,800 alumnos y este año posee 1,029 jóvenes activos, quienes se forman en áreas como inglés, computación y valores.
Los jóvenes se integran a un proceso educativo que reciben paralelos a las clases en sus respectivos centros escolares, luego tienen la oportunidad de acceder a becas universitarias; además gracias a la formación adquirida pueden representar al país a nivel internacional.
Para ser parte del programa los jóvenes deben poseer un promedio escolar de ocho, además tener el deseo y potencial de superación. De los jóvenes graduados en el programa, 13 % está colocado en un puesto laboral, 17a% continúa sus estudios superiores y el 70 % estudia y trabaja.
Ambiente y educación
Los programas ambientales como “Limpiemos El Salvador” es otra de las iniciativas que promueven la educación ambiental. Forma parte de las iniciativas de Fundemas.
El programa procura responder a las necesidades de formar una cultura de protección al medio ambiente en El Salvador, para tener una mejor calidad de vida de los habitantes e incidir en la salud, economía y ecosistema del país. Hace alianzas con empresas, instituciones y organizaciones no gubernamentales.
Además ejecuta capacitaciones de la mano con centros escolares. En la actualidad ha desarrollado 56 talleres con maestros y ha concientizado a más 58 mil estudiantes.
También existen iniciativas como el Club “Glee” que desarrolla Nejapa Power. Es una estrategia muy parecida al programa de televisión, pero que se basa en los clubes Glee existentes en Estados Unidos.
Fortalece valores como la amistad y la convivencia entre los jóvenes, además desarrolla en ellos características como seguridad, confianza en sí mismos, les ayuda a mejorar la toma de decisiones y a que se enfoquen en el cumplimiento de las metas.
Inició en el 2010 con un club y tres voluntarios, y este año tiene 16 clubes y más de 60 voluntarios.
Un Techo para mi País es otro ejemplo de buenas ideas nacidas en el extranjero implementadas en el país. Este, además de la construcción de viviendas promueve el desarrollo comunitario y colectivo en las zonas donde ejecuta los proyectos a través de la participación ciudadana y desarrollo económico.