ASI pide concluir obra para cubrir demanda energética

Consideran importante el proyecto para lograr competir con otros países del Istmo y poder disminuir los costos.

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Gran encuentro ante la Vinotinto. Foto: EDH

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2013-05-11 9:00:00

Para una sector importante del empresariado salvadoreño es urgente reiniciar la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral porque permitirá aumentar la matriz energética, satisfacer la demanda interna y disminuir los costos.

Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), reconoció que uno de los principales costos de producción que se ha elevado en los últimos cinco años es el de la energía.

Esto, según el líder empresarial, condiciona los márgenes de inversión y modernización de las empresas, por lo que pidió al Ejecutivo que acelere la conclusión de esta obra para evitar un caso similar al del puerto de La Unión.

“La demanda de energía está creciendo hasta un 5 % anual. Pero si se tiene poca oferta y precios altos, el inversionista preferirá mirar hacia países como Guatemala, Honduras y Nicaragua, que desde hace varios años están invirtiendo en energía hidroeléctrica”, afirmó Simán.

El país ha estado a la saga en inversión energética desde 2010, según estudios de organismos internacionales.

En ese sentido, recordó Simán, si se desea tener una alta disponibilidad para comercializar el recurso eléctrico en la red de interconexión centroamericana, es necesario priorizar esos 66.1 megawatts (MW) de potencia, ya que los precios del petróleo — sobre todo — que condicionan la generación de energía a través de la quema en búnker.

“Hay un costo elevado para el país cuando se tiene una obra pública estancada. Y se debe de pensar en cambiar el esquema de como el Gobierno subsidia la energía porque de esa manera se puede invertir en terminar la central (El Chaparral) sin endeudar más al Estado”, recomendó el presidente de la gremial.

Destacó que tanto la actual administración como la anterior han manejado mal la obra, ya que se realizaron deficientes estudios previos y se han perdido fondos para evitar arbitrajes o conflictos internacionales con las empresas contratadas. Actualmente El Salvador tiene una capacidad instalada de 1,300 MW.