El BID insta a que se ahorre con remesas

Fomin apuesta por ello para generar desarrollo en el país

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Según empresas que hacen remesas, los guatemaltecos son quienes envían más dinero a sus familias, en tanto muchos salvadoreños procuran ahorrar una parte. foto edh / Tomas Guevara

Por Tomás Guevara Corresponsal en Washington, EE.UU.

2013-05-01 8:00:00

El Salvadoreño José Luis Aquino recibe cada semana un promedio de $450 dólares por trabajar en el sector de la construcción en Maryland, de esos fondos cada 15 días envía $400 dólares a su familia en Usulután, para el sustento de su esposa y dos hijos, un porcentaje de ese envío es para ayudar a sus padres.

“Ya en esta época (primavera-verano) mejora el trabajo, pero no se gana mucho, como aquí también es caro y hay que pagar la comida, vivienda y el transporte, yo casi les mando la mitad y el resto me queda para los gastos de aquí”, explica Aquino y agrega que el producto de sus transferencias no ha ido para ahorro; pues además ha hecho algunas mejoras en la vivienda que poseen en las afuera de la cabecera departamental.

Un informe presentado por el Fondo Multisectorial de Inversiones, Fomin, del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, sobre el comportamiento de las remesas durante 2012, con variables de comportamiento en las subregiones de América Latina sistematiza que Centroamérica fue de las más favorecidas con un aumento significativo del 6.5 % durante ese período que en suma recibió $12 mil 767 millones.

Esas cifras no se comparan con el 17 % en que crecían las remesas antes de la crisis en EE. UU. y la caída vertiginosa que se produjo entre 2008 y 2009 que llegó a los saldos más bajos, explica a El Diario de Hoy, María Luisa Hayem, especialista en remesas del Fomin.

El objetivo del Fomin según explica Hayem, es que parte del dinero que envían los trabajadores pase a cuentas de ahorro como garantía para fomentar el desarrollo en la región, al aprovechar que han vuelto a estabilizarse estos ingresos. Según sus monitoreos, la gran mayoría de esos recursos se convierten en efectivo constante y sonante al concluir la transferencia.

De ahí el plan de trabajo del Fomin que está en la etapa de recibir proyectos del sector financiero de la región para impulsar la capitalización de remesas en ahorros y programas productivos.

Para la analista, los datos expuestos en el informe “Las remesas a América Latina y el Caribe en 2012: Comportamiento Diferenciado entre Subregiones”, están acordes con el mejoramiento –leve, pero sostenido- de las condiciones del mercado laboral.

“Algo interesante que vimos este año es que el crecimiento de los flujos y el cambio de 2011 a 2012, ya viendo más en detalle por subregión, vemos que hay comportamiento distintos, por ejemplo para Sudamérica disminuyeron las remesas en -1.1 por ciento, el Caribe más o menos se mantuvo igual, México vemos que cae en -1.6 por ciento y Centroamérica es la que experimenta el mayor incremento de 6.5 por ciento, esto es un hallazgo interesante porque podría estar relacionado con las mejoras en las variables del mercado laboral en EE. UU., donde está mayor parte de migrantes de la región centroamericana”, amplia María Luis Hayem.

La salvadoreña Dora Escobar, propietaria de La Chiquita Express, que posee cerca de una decena de tiendas que proveen el servicio de remesas a El Salvador y otros países de la región considera que en sus agencias, las transferencias de dinero se han mantenido con cierta estabilidad, y que hay picos de fechas cuando los envíos se disparan más de lo normal como el día de la madre, del padre o fin de año.

Los nacionales pagan 8 dólares por envío en el rango de 200 hasta 2 mil dólares.

Según el informe de Fomin, El Salvador posee la tasa más baja por costo de envío de remesas, de 4.1 por ciento, muy por debajo de Costa Rica y República Dominicana, cuyos costos rozan 8 por ciento. Según el BID; ese bajo costo estaría relacionado con la dolarización ya que no pierden valor en cambio de divisas.

Dora Escobar acentúa que los salvadoreños están beneficiados porque el dinero llega líquido el monto que se envía, a diferencia de los otros países que están sujetos al cambio que les pague el proveedor local contratado en la red de bancos o cajas de crédito.

Escobar dice que a partir de sus observaciones empíricas, que son los guatemaltecos quienes envían más dinero, y que muchos salvadoreños hacen transferencias directas a sus cuentas de ahorro en el país, por separado de los fondos que envían para gastos.