Rodrigo Bolaños, gerente general de League, está convencido de que El Salvador puede salir adelante si se hace lo mismo con toda su gente; si cada empresario invierte en el bienestar de sus colaboradores y sus familias.
No es necesario gastar grandes sumas de dinero, explica el Ejecutivo. Algunos de los proyectos que funcionan en la empresa ubicada en la zona franca American Park no le cuestan ni un centavo a la firma; pero le ha generado importantes retornos: crecimiento de dos dígitos, una rotación nula de personal y cero robo de piezas de la maquinaria, un delito común en las empresas textiles.
El primer elemento de la exitosa ecuación ha sido el personal, explicó el gerente de League. Alrededor de 50%, de los 250 empleados, son hombres y mujeres de grupos vulnerables y tradicionalmente excluidos del mercado laboral: discapacitados, adultos mayores y expandilleros.
“Nosotros como empresarios tenemos que entender que tenemos la capacidad de tener empresas que tomen en cuenta a toda la población”, enfatizó Bolaños, quien añadió que la empresa paga los salarios más altos del sector.
Además de ofrecer una oportunidad de trabajo, League estimula la educación entre sus colaboradores.
Alrededor de 100 trabajadores que no culminaron el Bachillerato reciben clases en un colegio habilitado por la empresa, gracias a un convenio con el Ministerio de Educación. Por $1 mensual, jóvenes y adultos tienen la oportunidad de culminar la educación media y aspirar a una superior.
“En el colegio que tenemos en la empresa, los profesores son los mismos empleados, que han sido certificados por el Mined y los libros también los da el Ministerio”, comentó Bolaños.
Las madres de familia cuentan con el apoyo de un Centro de Desarrollo Infantil en el mismo recinto, y los hijos de todos los empleados pueden sumarse al grupo de Boy Scouts de American Park como una actividad extracurricular; mientras que para evitar el endeudamiento con agiotistas la empresa impulsó una cooperativa de ahorro y préstamo.
Bolaños no es el típico gerente detrás de un escritorio. Conoce el nombre de sus empleados y sus historias, porque usualmente hace visitas personales a las casas de aquellos que se ausentan o se enferman. ” Hay una señora que al contratarla se nos desmayaba. Fuimos a su casa y nos dimos cuenta que ella era la única persona de ocho que tenía trabajo y su papá tenía unas gallinas que daban solo tres huevos diarios. Todos estaban anémicos”. Frente a esa dificultad, League decidió ofrecerle un empleo a otro miembro de la familia.